La Universidad de Alicante escogió el miércoles 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para dar a conocer y proyectar los cortos premiados en el concurso Cortos por la Igualdad entre hombres y mujeres. A la convocatoria se presentaron once trabajos que reflexionaban sobre la desigualdad de géneros y la discriminación, y tres son los premiados. La próxima semana se celebra el acto de entrega de premios.

La vicerrectora de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad, María José Rodríguez, destacaba que el objetivo de este concurso de cortos en apenas dos minutos «es movilizar la sensibilidad y crear espacios de reflexión para los estudiantes, que son quienes ocuparán los puestos de responsabilidad en el futuro».

Rodríguez elogiaba que han sido «muchos y de gran calidad» los que se han presentado y sobre todo, que las historias contadas tienen puntos de vista distintos sobre los géneros. «Reflexiones muy interesantes» que cuentan qué piensan y cómo ven la desigualdad los más jóvenes». La peculiaridad es que se trata de tres enfoques totalmente distintos que ahondan en la desigualdad entre hombres y mujeres.

Entre los cortos premiados se encuentra «Somos iguales», realizado por alumnos de nivel B2 de español para extranjeros del Centro Superior de Idiomas (CSI). La profesora Natalia Contreras explica que se decidió a participar en el concurso porque una de las maneras de aprender el idioma es hacerlo a través de las películas, y en este caso, los alumnos tenían que hacer un trabajo muy completo con la elaboración de un guión. Aunque al principio fue un proyecto de clase, cogió forma y se convirtió en un corto en el que los estudiantes llegan a la conclusión de que no hay diferencias entre hombres y mujeres, pero en todos los países hay mensajes y estereotipos que marcan esas diferencias. Una chica rusa, otra china y una pareja coreana fueron los autores del cortometraje que les ha servido también para perfeccionar su español.

El estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas, Francisco Javier Moreno, fundió su pasión por la imagen y su conciencia de género para construir la historia de «Preludio» en el que muestra a una pareja vista desde el punto de vista del hombre, con escenas cotidianas de darse la mano, comer en un bar y el de la mujer, que está siendo maltratada, y en cuya muñeca se descubre un moratón, igual que tras el maquillaje que se limpia cuando va al aseo del bar.

Los alumnos de Geología Pablo y Margarita López, que son primos, construyeron con «El coche» una historia absurda con la que denunciar el sinsentido de los estereotipos entre hombres y mujeres, como el de quitarle a una niña un coche de juguete de las manos para darle una muñeca.