La Semana Santa de Aspe, declarada de Interés Turístico Provincial, es una de las más destacadas de la provincia de Alicante. Y es así por una larga lista de razones.

Por su dilatada historia, con noticias documentales que se remontan al siglo XVII y al momento de la fundación de la Cofradía del Dulcísimo Nombre de Jesús.

Por sus muchos elementos singulares como el Sermón de las Siete Palabras, conocido en el pueblo como «El Monte», que se escenifica en la majestuosa Basílica de Nuestra Señora del Socorro los años pares o la representación viviente de María Magdalena y las dos «Marías», personajes femeninos que adquieren un especial protagonismo en el encuentro con el Nazareno del Viernes Santo por la mañana y en las «Cortesías» ante el Santísimo Sacramento.

Otro acto singular es el canto de los Dolores al final de la Cuaresma o el insistente tableteo de la matraca rompiendo el silencio en la noche del Jueves Santo, como si una invisible cigüeña, desde lo alto del barroco campanario, anunciase el pronto retorno de aquel pelicano que dio su sangre en alimento para que no pereciesen sus polluelos.

Y, si lo anterior no fuese suficiente, es de destacar todavía la gran calidad artística de sus imágenes, bellísimas tallas en las que trabajaron reconocidos maestro imagineros así como la magnificencia de sus tronos, portados todos sobre el hombro o a costal.

La alta participación de cofrades de la Semana Santa de Aspe en cada una de las procesiones y celebraciones. En fin, el desinteresado trabajo y la abnegada entrega de tantas y tantas personas a lo largo de todos estos años.