No hay duda. Alicante es festera. No hay rincón, localidad o población a lo largo y ancho de la provincia que no cuente con alguna celebración con años y años de tradición y con un sello de identidad propio. Y es que, son más de 140 las fiestas que se celebran cada año en la Costa Blanca. Muchos de estos festejos, además, tienen un valor añadido, ya que acumulan títulos que los reconocen como celebraciones de Interés Turístico Internacional.

En este grupo destacado se encuentran las Hogueras de San Juan, que se celebran en la ciudad de Alicante del 20 al 24 de junio y que, además, fueron declaradas en 2014 Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC) por la la Generalitat Valenciana. La música, la pólvora, los desfiles, el agua, pero sobre todo el fuego, son los elementos principales e imprescindibles de estos festejos. Durante cinco días, la alegría inunda las calles de Alicante y más de 180 monumentos fogueriles, tanto adultos como infantiles, hacen las delicias de vecinos y visitantes por su vistosidad y grandeza.

Noventa años han pasado desde que José María Py pusiera en marcha las Hogueras en Alicante con el fin de atraer el turismo a la ciudad y, durante este tiempo, la fiesta no ha parado de crecer. Así, en la actualidad, más de un centenar de racós de comisiones de hogueras y barracas se plantan cada año en las calles desde el 20 hasta el 24 de junio, día en el que arden los monumentos tras el disparo de una gran palmera desde el Castillo de Santa Bárbara. Así, los festeros celebran su particular nochevieja, deseando que el fuego se lleve todo lo malo y dando la bienvenida a un nuevo ciclo.

Las Fiestas Oficiales de la Ciudad de Alicante también cuentan con desfiles tradicionales y protocolarios, como la Ofrenda de Flores o la Entrada de Bandas, y con pasacalles más desenfadados, como el del Ninot. Además, la pólvora es otro de los pilares de estos festejos y las mascletás que se disparan en la plaza de los Luceros cada año son más numerosas.

Pero las fiestas del fuego no son exclusivas de la ciudad de Alicante y también se celebran en otros puntos de la provincia, como en Denia o en Benidorm. Además, en San Vicente del Raspeig las hogueras se celebran a finales del mes de julio y en el municipio de Elda los actos oficiales de sus Fallas son el último fin de semana de agosto.

Es innegable que a la Costa Blanca le gusta el fuego y la pólvora, dos elementos que también están presentes en la Nit de l´Albà de Elche, una fiesta que tiene su origen en la Edad Media y que está declarada de Interés Turístico Autonómico. Cada 13 de agosto, cientos de palmeras se lanzan desde distintos puntos de la ciudad de forma sincronizada e iluminan la noche ilicitana. Y para los más atrevidos la guerra de carretillas es una cita obligatoria.

La localidad de Altea también es uno de los rincones en el que los fuegos artificiales son los protagonistas. Y es que, el municipio se llena de luz con el tradicional Castell de l´Olla, un espectáculo pirotécnico que se celebra desde 1987 en la bahía situada frente a la isla de La Olla el segundo sábado de agosto. Este acontecimiento cuenta con la Medalla al Mérito Turístico de la Diputación Provincial de Alicante y ha sido calificado por la Generalitat Valenciana como Bien Etnográfico de Interés Cultural.

Las celebraciones de carácter religioso también gozan de un amplio protagonismo y encanto en la Costa Blanca. El Misteri d´Elx, que además de ser una fiesta de Interés Turístico Internacional es Patrimonio de la Humanidad desde 2001, es uno de los acontecimientos más particulares, tradicionales y esperados de la provincia. Cada 14 y 15 de agosto, en la Basílica de Santa María de Elche, se representa la muerte, la asunción y la coronación de la Virgen con cantores no profesionales y voces blancas, todos hombres, ya que es una obra que data de la Edad Media y en esa época la mujeres no podían intervenir en las obras de teatro. Así el Misteri d´Elx se mantiene fiel a su origen y tradición.

La Semana Santa es otra de las fechas clave para la Costa Blanca, ya que se vive con fervor en multitud de municipios. En especial en Crevillent, que cuenta con una exquisita imaginería centenaria y con pasos del escultor Mariano Benlliure, y en Orihuela donde procesionan esculturas de Salzillo. Además, el Domingo de Ramos de Elche y sus palmas es otro de los actos que dotan de prestigio a la Semana Santa alicantina.

Multitud de localidades son también las que celebran las fiestas de Moros y Cristianos para rememorar la conquista de estas tierras por las tropas del bando de la media luna y su reconquista por la Corona de Aragón. De norte a sur y de este a oeste de la provincia. No hay rincón en el que estos festejos no tengan cabida. Pero es innegable que los Moros y Cristianos de Alcoy en honor a San Jorge son los que gozan de mayor éxito en la Costa Blanca. Estas fiestas se celebran a finales del mes de abril, están declaradas de Interés Turístico Internacional desde 1980 y sus actos más emblemáticos son las Entradas, las luchas dialécticas de las Embajadas y las guerras de arcabuceros que llenan la ciudad de ruido y pólvora.

El desembarco de los Moros y Cristianos de La Vila Joiosa que se celebra cada 28 de julio también merece una mención especial por su espectacularidad. Y es que, al amanecer, comienzan a llegar las tropas de la media luna en sus embarcaciones, mientras que las huestes del bando de la cruz del esperan a la orilla del mar preparados para la batalla.

Pero no solo de pólvora y batallas vive la provincia. En la Costa Blanca también se celebran otros festejos de corte tradicional y popular, como el desfile del Pa Beneït de la Torre de les Maçanes, que se remonta a 1658, año en el que el municipio fue liberado de una plaga de langosta gracias a la intervención de San Gregorio. Esta es una de las pocas manifestaciones que quedan en España de los rituales medievales de ofrendas de panes místicos y, en él, las «clavariesses» -doncellas del municipio- desfilan ataviadas con los trajes típicos y con un pan quemado de entre 6 y 8 kilos sobre la cabeza. El pasacalles se extiende hasta la misa de Santa Ana donde, tras una misa, se bendicen los panes y se reparten entre todos los asistentes.

Asimismo, la pequeña población de La Torre de les Maçanes cuenta con otro multitudinario festejo que se celebra cada 15 de agosto y que tiene al agua como protagonista. La Banyà es una de las celebraciones más divertidas de la Costa Blanca y reúne una multitud de personas con ganas de jolgorio y, sobre todo, de refrescarse. Y es que, esta fiesta trata de una gran batalla de agua en la que se utilizan cubos, mangueras, pistolas de agua y hasta grandes contenedores. La tradición es que los asistentes vayan disfrazados, pero en pleno mes de agosto muchos optan directamente por llevar el bañador.

Els Enfarinats de Ibi es otro de los festejos que goza de años de tradición y de una gran popularidad a nivel provincial, nacional e internacional. Incluso un fotógrafo italiano fue premiado por una instantánea de esta celebración en el World Press Photo de 2016. Con motivo del día de los Santos Inocentes (28 de diciembre), el bando de los «Enfarinats», que ha tomado el control de la localidad, y el de la «Oposición», que no está de acuerdo con este gobierno repentino, se enzarzan en una batalla en la que las armas son kilos y kilos de harina y huevos.

Por otra parte, en Denia, la celebración de las fiestas de la Santísima Sangre que tienen lugar en julio incluyen los conocidos como Bous a la Mar, un acontecimiento en el que, durante todos los días de festejos, se suelta un toro que persigue a los participantes y que, en muchas ocasiones, acaba en el mar junto a los corredores.

Entre los actos festeros de la provincia no se puede dejar de lado el Certamen de Habaneras y Polifonía de Torrevieja, también declarado de Interés Turístico Internacional, y la escenificación del Tractat d´Almirra en la localidad de Campo de Mirra, en el que los vecinos representan el tratado de paz entre la Corona de Aragón y la Corona de Castilla para estipular los límites del Reino de València en el siglo XIII.

Y en Navidad, la Costa Blanca también se colma de celebraciones, de las que hay que destacar la Cabalgata de Reyes Magos de Alcoy. Este desfile está considerado el más antiguo de España al iniciarse en 1885 y cuenta con una conocida singularidad, ya que los pajes acceden a los balcones de las casas a través de largas escaleras para entregar regalos a los vecinos. Y también en la época navideña, Alcoy expone el Belén Tirisiti, declarado Bien de Interés Cultural en 2002 y que se representa con títeres.

La Cañada también ofrece una representación única en Navidad. Se trata del Auto Sacramental de los Reyes Magos, en el que los vecinos de la localidad se convierten en actores por un día. Además, cada 1 de enero, en Agost se celebra la subida a por las naranjas, una tradición que cierra las fiestas populares de Les Danses del Rei Moro. En estos festejos, los «quintos» y los «danseros» se enzarzan en una batalla de cartuchos rellenos de anisetes en la plaza del Ayuntamiento, lugar en el que, más tarde, los «naranjeros», los jóvenes del pueblo que van a cumplir la mayoría de edad, trepan por los edificios y por los árboles para conseguir las naranjas, el botín que les convertirá en los organizadores de las fiestas del próximo año.

En Navidad también se celebra la festividad de los «Fatxos» en Onil, en concreto, cada 24 de diciembre, día de Nochebuena, por todos los rincones del municipio, vecinos de todas las edades encienden sus artesanales antorchas elaboradas con esparto y las hacían girar, bien sobre el asfalto, a poca altura, o bien en el aire. Una imagen insólita para cualquier visitante y una muestra de la gran variedad y vitalidad de las fiestas y celebraciones tradicionales de la provincia de Alicante.

Alicante es fiesta, es fuego y agua. Alicante es pólvora y fuegos artificiales. Es ruido ensordecedor y vibración en el asfalto. La provincia son batallas con arcabuces o con huevos y harina. Es tradición religiosa y devoción. La Costa Blanca es diversión, representaciones con siglos de historia e implicación de su gente en sus costumbres y en su folclore popular.