Sax honra a su patrón, San Blas con los Moros y Cristianos que se celebran de 1 al 5 de febrero. Los sajeños mantienen sus tradiciones, sus costumbres y el legado heredado de sus mayores con mimo, en una fiestas diseñadas para la convivencia vecinal donde las comparsas y los cuartelillos son el epicentro de reunión de los festeros. Los Moros y Cristianos transforman las calles y las gentes mientras la villa se recrea en unos festejos que hacen del patrón su emblema y convierten los pequeños gestos en grandes gestas.

Sax escribirá, en 2017, otro episodio de sus tradicionales fiestas de Moros y Cristianos en honor a San Blas. Con ellas se inicia el calendario de los festejos de los bandos de la cruz y la luna.

La música será la primera en anunciar la llegada de los festejos con la Entrada de Bandas, y la Fiesta del Pasodoble el 1 de febrero. Son los primeros actos de un apretado programa de cinco intensos días. Y a las cinco en punto de la tarde, a los pies del majestuoso castillo, llegará el momento más esperado por los sajeños. La Entrada desde el emblemático puente Picayo.

Y por la noche, a las 21,40 horas, partirá la alegre Retreta camino de la ermita por las estrechas calles del casco antiguo que iluminan las farolas de las comparsas. Es el preludio del emotivo reencuentro con San Blas. El primer ruedo de banderas al filo de la madrugada dará por concluida la primera jornada.

El Saludo a San Blas y el posterior ruedo de banderas marcan la llegada del día 2, el día de la Bajada del Santo. A las 16,45 horas en su ermita. Un día de fuego y pólvora en el que por la mañana también «procesiona» la Virgen de las Candelas.

El día 3 es otra de las jornadas marcadas a fuego en el programa de actos. Es el día del patrón, San Blas, que comienza con la diana, desde la Gran Vía y con la participación conjunta de las ocho comparsas de las fiestas de Moros y Cristianos. El bando cristiano lo conforman Cristianos, Garibaldinos, Alagoneses y Caballeros de Cardona; mientras que el moro lo integran Árabes Emires, Turcos, Marruecos y Moros.

En este día cargado de fervor, tras la misa mayor, los sajeños arropan a San Blas en su paseo matutino por las calles de la localidad durante la Procesión, con una emoción palpable entre los vecinos a su paso. Una devoción que no distingue entre jóvenes y adultos.

Con el volteo de campanas y el disparo de tracas se anuncia la Diana del Día 4. Es el paso previo a la emocionante Subida del Santo con las típicas «vueltecicas» al llegar a la ermita.

Por la tarde el Gran Desfile Cristiano y la Embajada. Y así llega el día 5, el de la Misa de Gracia, la Rifa, el Cambio de Capitanes y el último desfile.