­Como cada 28 de julio las playas de Villajoyosa acogen uno de los momentos más importantes de las fiestas. Un hecho que con el paso de los años se ha ido representando como el más fiel de los retratos posibles de lo que ocurrió en 1538, cuando moros y cristianos se enfrentaron a orillas del mar Mediterráneo. Las tropas de la media luna desembarcaron en las playas de Villajoyosa con la intención de invadir y apoderarse de la ciudad. Se dice que Santa Marta ayudó a los guerreros defensores para impedir la invasión de los Piratas Berberiscos bajo los cuales estaba al mando Zalé-Arraez.

El día de la escenificación es siempre el mismo, el 28 de julio, al igual que las fiestas, que siempre se celebran del 24 al 31.

En la madrugada del próximo jueves, las tropas moras zarpan con sus barcos. Al amanecer y cuando los primeros rayos de sol dejan a un lado las siluetas y permiten distinguir la llegada de los moros, las tropas cristianas ya están preparadas para recibir a las tropas de la media luna e iniciar así la batalla en la misma arena, a los pies del mar Mediterráneo. Durante el acto participan una treintena de embarcaciones. Arcabuces, cañones, pólvora y el cuerpo a cuerpo convierten el acto en un momento único que año tras año atrae a más vecinos y visitantes.

A las 5 de la madrugada es la bajada del ejército cristiano al campamento de la playa Centro. A las 06.30 horas se da el toque de alarma general al avistarse las tropas moras. Con esta señal, las tropas cristianas quedan avisadas por la rápida aproximación mora y se preparan para recibirles.

Una vez llegan los combatientes de la media luna a la playa, el Emisario del Rey Moro recita el alegato. En él le informa al Rey Cristiano que van a invadirles. En caso de no aceptar las condiciones, se verán obligados a enfrentarse en una batalla. Ante el rechazo de la propuesta invasora, ambas tropas se enzarzan en una batalla donde el espectáculo está asegurado con increíbles simulacros de bombardeos, fuego cruzado, luz, pirotécnia, sonido, tambores y fuego.

El acto continua con la Embajada Mora, que se desplaza a las puertas del castillo. Allí, el parlamentario moro ofrece una rendición al Rey Cristiano. Éste la rechaza y las condiciones que le ofrece por lo que las tropas moras se emplean para asaltar el castillo y hacerse con él.

Es sin duda de los actos determinantes por las que las fiestas de moros y cristianos de Villajoyosa recibieron en 2003 la distinción de Interés Turístico Internacional.