Trabajando en la sede central de Microsoft, en Redmond, Nuria Oliver tuvo su «momento epifanía» como ella misma lo describe. «Fue en 2004 y me di cuenta de que mi sueño era conseguir que los ordenadores entendiesen a los humanos para poder ayudarnos en más ámbitos y de forma más eficaz. El ordenador más personal que hay es el móvil y empecé a trabajar en ello, en proyectos de informática persuasiva». Así, comenzó a diseñar sistemas inteligentes «que nos ayudaran a cambiar comportamientos que queremos cambiar pero que nos cuestan como caminar más, adelgazar o dejar de fumar», enumera. Oliver había llegado a Microsoft tras estudiar su doctorado en el Massachusetts Institut of Technology (MIT) gracias a una beca de La Caixa. Estas becas estaban supeditadas a que el beneficiario consiguiera ser admitido en una universidad norteamericana. Oliver fue admitida en las siete mejores del ranking, circunstancia que seguramente todavía comenten en la entidad bancaria, y eligió el MIT en la que califica como «una de las mejores decisiones de mi vida».

«Aprendí muchísimo porque los equipos eran multidisciplinares y lo disfruté», recuerda. Tras siete años en Microsoft fue requerida por Telefónica en Barcelona donde continuó investigando en su pasión, el comportamiento humano computacional. Y desde hace unos meses es directora de Investigación en Ciencias de Datos en Vodafone y ha vuelto a establecerse en Alicante. Su compromiso con la sociedad le ha llevado a ejercer en dos vertientes, sus investigaciones, algunas también relacionadas con las «smart cities», y el «Big Data for social good», cuyo objetivo es «aprovechar la disponibilidad de datos que tenemos hoy en día y que no tiene precedentes en la historia para tomar las mejores decisiones en salud pública, desastres naturales, desarrollo económico y seguridad». Para Oliver, «no hay nada más apasionante que contribuir a resolver problemas tecnológicos que tengan un impacto positivo en el individuo y en la sociedad». Y para ello pone a su servicio su talento, su impresionante curriculum y su meteórica carrera.

Un reto a la vista Despertar vocaciones científicas en las niñas

Desde que era pequeña Nuria Oliver admiraba a los científicos y descubridores. Leonardo Da Vinci, Marie Curie o Albert Einstein despertaban su curiosidad. Ahora quiere que las niñas y jóvenes, «en franca minoría en carreras técnicas», se atrevan a dar el paso. «Es fundamental educar y divulgar más la ciencia y la tecnología y hay que normalizar la presencia de mujeres», afirma. Y para «derribar estereotipos» impartirá charlas en colegios e institutos alicantinos.