Iker Casillas volvió a disfrutar de amplia cuota de protagonismo. El guardameta español tuvo intervenciones de mérito en la primera parte, cuando más atacaba Italia, y en la segunda detuvo un tiro a bocajarro a Di Natale que de haber sido gol hubiera complicado mucho la final a España.

Tras el partido y la ceremonia de entrega del trofeo, Casillas atendió a la reportera de Telecinco, Sara Carbonero, que también es su pareja. Había interés en comprobar cómo serían sus reacciones tras un nuevo triunfo y las críticas que Carbonero ha recibido durante la Eurocopa a raíz de una confusión con Andrés Iniesta.

Al contrario que en el Mundial de Sudáfrica, esta vez no hubo beso de celebración, aunque sí un emotivo abrazo. La periodista portaba una camiseta de la selección con el número 1 a su espalda, personalizada con su nombre. El beso había quedado para después del partido, como demuestran las fotografías remitidas por las agencias internacionales.

Casillas ha defendido públicamente a su pareja de las críticas vertidas en las redes sociales y las ha achacado a la "envidia". "Twitter sirve para criticar cobardemente", ha dicho el capitán español. La periodista también se defendió a través de una columna en un diario deportivo en la que comparaba los comentarios sobre su labor con la caza de brujas que se realizaba en la Edad Media.