El tropiezo de Francia en su último partido ante Suecia (2-0) le ha mandado al cruce de cuartos contra España, algo que sin duda los galos deseaban evitar, incluso a pesar de la historia.

Efectivamente, los 'bleus' tienen buenos recuerdos de sus duelos con la selección española. No hay más que recordar la final de la Eurocopa de 1984 o la eliminatoria de cuartos de 2000, con el penalti fallador por Raúl. Más cercano en el tiempo aún, en el Mundial de 2006, endosaron a la 'La Roja' un 3-1, de nuevo en los cuartos de final.

Tratando de olvidar la pesadilla del Mundial de 2010, Francia aterrizó en la Eurocopa de Polonia y Ucrania con otro aire y un fútbol vistoso. Laurent Blanc quiere el balón y su equipo pareció encontrarse cómodo en ese papel ante Inglaterra o Ucrania, pero el borrón de Suecia arroja nuevas dudas sobre el combinado galo.

Ante los 'pros' solo le faltó profundidad para convertir su dominio en un resultado mejor que el 1-1 final, pero el respeto y la precaución que siempre impone el debut pesó demasiado. En ese partido, Francia tocó por momentos el balón como quiso, con Nasri asumiendo mucho protagonismo en la creación de juego, pero su fútbol acabó desvaneciéndose ante la defensa inglesa pese a las intentonas de Benzema o Ribéry.

Frente a Ucrania, con Menez en lugar de Malouda en el centro del campo, los galos fueron más incisivos. Aunque al descanso se fueron con 0-0, un gol del jugador del Paris Saint Germain y otro de Cabaye volcaron el partido a favor de Francia en solo tres minutos en el arranque de la segunda parte.

En su último duelo, sin Menez y Cabaye, Francia trató de mantener su línea de juego, pero se topó con una Suecia eliminada y despechada que le plantó cara y le doblegó por 2-0.

La Francia de Blanc, en cualquier caso, ha dado muestras de que esta vez quiere volver a luchar por el título. Tiene juego, está bien pertrechada atrás y dispone de alternativas. Además, Ribéry y Benzema, las estrellas de los 'bleus', están exhibiendo la confianza que siempre necesitan los grandes jugadores. Del Bosque deberá tener muy en cuenta la aportación de la segunda línea de ataque, desde la que no solo se mueve Ribéry, sino también Menez o Ben Arfa.