Este martes 2 de agosto se han cumplido 40 años del fallecimiento en un accidente de tráfico de la cantante Cecilia, cuyo verdadero nombre era Evangelina Sobredo Galanes, junto a su batería, Carlos de la Iglesia. Ante este aniversario, los hermanos de la malograda artista, Dolores, Asunción, Jorge y Teresa, han evocado su memoria en un artículo publicado en un periódico de tirada nacional, en el que también han resaltado la pervivencia de su legado.

Cecilia falleció a primera hora del 2 de agosto de 1976 en un accidente ocurrido en Colinas de Trasmonte (Zamora), cuando el coche en el que viajaba chocó violentamente contra un carro tirado por dos bueyes que circulaba por el margen de la carretera, conducido por dos vecinos del pueblo. En ese momento amanecía y, al parecer, el carro no llevaba ninguna señal luminosa, algo que pudo favorecer el suceso. La cantante viajaba a Madrid con tres músicos de su banda desde Vigo, donde había actuado la noche anterior.

En su tribuna, titulada Esta España nuestra, los hermanos Sobredo recuerdan que el fallecimiento de Cecilia "conmocionó al mundo de la música", y que a pesar de no haber cumplido aún 28 años -había nacido el 11 de octubre de 1948- "había compuesto e interpretado casi un centenar de canciones con letras que exploran todos los registros, desde los más provocadores hasta los más tiernos", y esos temas, dicen, siguen 40 años después "inspirando" a muchos.

En su época, la del tardofranquismo, Cecilia, a diferencia de muchos cantautores de entonces, traía, por su educación estadounidense, "aires transoceánicos", es decir los que emanaban de artistas como Bob Dylan, Paul Simon o Joan Baez. Ella componía con un estilo original, "incluso cuando lo hacía en inglés, idioma en el que era capaz de escribir en versos acrósticos, como hizo en alguna estrofa de su enigmática Lady in the Limousine".

Las letras de la autora de Un ramito de violetas o Dama, dama, "bastante transgresoras para la España de Franco", han "atravesado el tiempo" porque exploran todos los registros, y forman parte "del imaginario colectivo", recalcan sus familiares. Hay canciones como Mi querida España, recuerdan, que han sido muy versionados -de Raphael a Rozalén- y que han "servido" tanto "a quienes defienden la unidad de España como a los que quieren una España republicana; a los que apoyan al juez Garzón y a los indignados".

"Todos afirman, o sugieren: 'Si Cecilia viviera, sería de los nuestros'", señalan sus hermanos que, de entre los miles de comentarios que suscitan sus vídeos y los de las versiones de sus canciones en Youtube, seleccionan el de quien dice: "Habría que ponérsela tanto a los que nos gobiernan como a los que nos quieren gobernar".

Imagen del videoclip de 'Amor de medianoche', canción con la que Cecilia representó a España en el Festival de la OTI de 1975 y de la que era autora de la letra, con música de Juan Carlos Calderón. Youtube.

El día de su muerte, Cecilia tenía previsto grabar una actuación en TVE, lo que muy probablemente obligó a que la cantante y su equipo tuvieran que regresar de Vigo a Madrid nada más terminar la actuación en la ciudad gallega, viajando toda la noche para cubrir los 600 kilómetros de trayecto. INFORMACIÓN, al igual que el resto de la prensa española de la época, se hizo eco del suceso al día siguiente. En la noticia se recordaba que el concierto de Vigo, celebrado en la sala Nueva Olimpia, había sido un rotundo éxito, con todas las entradas vendidas.

También se decía que la artista preparaba un nuevo disco y que, en un plano más personal, tenía previsto a medio plazo contraer matrimonio con su pareja sentimental, Luis Gómez Escolar -conocido entonces en el ámbito artístico como Simone-, componente del grupo musical humorístico La Charanga del Tío Honorio. Cecilia estaba en plena cima de su carrera y, entre sus éxitos, destacaba también su participación en el Festival de la OTI representando a España en 1975, con la canción Amor de medianoche. Ésta es, precisamente, uno de los pocos temas conocidos de Cecilia que no es una composición suya al 100%, ya que el tema había sido escrito por el productor Juan Carlos Calderón, aunque Evangelina Sobredo reescribió después la letra por completo para adaptarla a la temática habitual de sus canciones.

Además de la muerte de Cecilia y del batería -también muy joven, dado que sólo contaba con 29 años-, en el accidente resultaron heridos los otros dos músicos que viajaban en el coche, un Seat 124, así como el matrimonio que llevaba el carro contra el que chocaron. El suceso volvió a poner de manifiesto la elevada siniestralidad de las carreteras españolas en esa época, especialmente en los meses de verano; sólo aquel mismo fin de semana 67 personas fallecieron en accidentes. Se da la circunstancia, además, de que en la misma vía donde Cecilia perdió la vida -la entonces C-620, hoy llamada N-525 y principal acceso al sur de Galicia desde el centro de la península hasta que se construyó la actual autovía A-52- y a sólo seis kilómetros de distancia de Colinas de Trasmonte se había producido horas antes otro grave accidente, en el que fallecieron seis personas.

Con su fallecimiento con sólo 27 años, Cecilia se convirtió en una leyenda de la música, tanto por la calidad y el mensaje de sus composiciones como por su personalidad como artista. A lo largo de estas cuatro décadas sus temas han sido versionados por intérpretes de muy diferentes estilos, y han salido a la luz grabaciones que en su momento no llegaron a editarse o que no pudieron lanzarse por problemas con la censura. La técnica también ha permitido que la voz de Evangelina Sobredo suene a dúo con las de otros artistas posteriores a ella. Mientras, las visualizaciones en Youtube a los videoclips de sus canciones más conocidas se cuentan por cientos de miles -Un ramito de violetas alcanza casi 3 millones-, lo que da una idea de la impronta que Cecilia sigue teniendo 40 años después de que la fatalidad truncara su vida.