- Caja Rural Central ha renovado su imagen. ¿Cómo se adapta a los nuevos tiempos para ser una entidad financiera moderna pero sin perder su espíritu de arraigo con el territorio?

En Caja Rural Central (CRC) hemos adoptado una serie de cambios, tanto internos como externos, para seguir ofreciendo a nuestros socios y clientes las mejores soluciones financieras. Se trata de una evolución de nuestro modelo de negocio, basada en el asesoramiento y especialización en banca pyme y banca personal, con el fin de ofrecer un servicio óptimo, mejorar el diálogo financiero y experiencia de nuestros socios y clientes actuales y potenciales. El alto nivel de asesoramiento y de especialización requiere de profesionales mejor y más formados. La entidad cuenta con todo su equipo de asesoramiento financiero, certificado de acuerdo con las exigencias normativas. Se trata de directores y gestores especializados que ofrecen asesoramiento a los clientes de banca de empresas, banca privada y personal.

De este modo, encaramos una nueva etapa con un modelo de negocio que refleja la idiosincrasia de una banca universal y cercana. Caja Rural Central responde a cada cliente con un servicio integral para cubrir todas sus necesidades y, además, un trato personalizado para mantener una estrecha relación. El cliente tiene la tranquilidad y confianza de poder disfrutar de las ventajas que se ajustan a su perfil.

Con la implantación del nuevo modelo de negocio, la oficina evoluciona para mejorar la experiencia del cliente y renovamos la identidad corporativa para reforzar, potenciar y maximizar el valor de la marca en el mercado y, a su vez, diferenciarla de sus competidores. Así, el logo ha experimentado un cambio significativo al dejar de utilizar la tipografía de siempre para sustituirla por la fuente del Grupo Caja Rural.

- ¿Cómo consiguen hacerse paso entidades pequeñas y con la proximidad y la cercanía como enseñas en un mundo financiero globalizado?

Formamos parte del Grupo Caja Rural. Un conjunto de entidades consolidado, distribuidas por todo el territorio nacional, con el que compartimos sinergias que potencian nuestra competitividad y nos permite el acceso a mercados nacionales e internacionales.

El Grupo Caja Rural cuenta con el apoyo, para el desarrollo de su actividad, de entidades participadas, la Asociación Española de Cajas Rurales, el Banco Cooperativo Español, la sociedad Rural Servicios Informáticos y la compañía de Seguros RGA. Es uno de los principales grupos bancarios operantes en España. Cuenta con casi 3.000 oficinas y 9.162 empleados y su gran solidez financiera y patrimonial se plasma en unos activos de casi 60.000 millones de euros y unos fondos propios de más 4.400 millones de euros.

Nuestra participación en el Grupo Caja Rural nos permite tener una visión global y una actuación local, nos da el tamaño y la solidez suficiente para poder atender las necesidades de nuestros socios y clientes y además hacerlo de una forma próxima y ágil con órganos de decisión en estructura local.

- ¿Tiene previsto CRC implantarse en otras zonas a corto o medio plazo?

Actualmente estamos inmersos en un plan de renovación de nuestra red de oficinas, a un ritmo de entre seis y siete anuales, para convertirlas en centros de negocios, con un concepto más moderno y espacios adaptados a cada tipo de cliente en los que se apuesta por espacios que favorecen la interacción con el cliente, cuentan con los avances tecnológicos y canales digitales que agilizan la operativa diaria, a la vez que se mantiene el modelo de oficina universal.

Cerramos 2017 con 74 oficinas y tenemos previsto incorporar otras tres más a lo largo de este año. Continuaremos con este plan de expansión en núcleos urbanos con alto índice de población, manteniendo nuestro más alto nivel de atención también en núcleos de pequeña dimensión para evitar con ello la exclusión financiera de determinados colectivos sensibles.

- ¿De qué forma se implica CRC con el tejido socioeconómico de su entorno?

Nacimos en 1919 en la provincia de Alicante con una misión clara que seguimos manteniendo. Contribuir al bienestar de las personas y empresas que viven y trabajan en los entornos sociales en los que desarrollamos nuestra actividad, convirtiéndonos en una pieza clave en el desarrollo económico, cultural y social de nuestra zona de implantación, la provincia de Alicante y la Región de Murcia.

La capilaridad de nuestra red de oficinas nos permite mantener una estrecha vinculación con el territorio y la proximidad física una mayor compresión de las inquietudes de socios y clientes. Cercanía y contacto directo nos confieren un profundo conocimiento de sus necesidades. Nuestra política de responsabilidad social corporativa incluye garantizar la prestación de servicios financieros en municipios incluidos en nuestro ámbito de actuación, además de contribuir al desarrollo social, cultural y económico de las comunidades donde prestamos nuestros servicios.

Nuestro modelo de negocio sitúa a socios y clientes en el centro de los objetivos de la Entidad y una gestión fuertemente personalizada, factores clave para el crecimiento sostenible en el mercado.

El carácter cooperativo define a CRC como una entidad con una visión más permanente en el tiempo, que prioriza la estabilidad sobre la obtención de resultados a corto plazo. Aporta, además, riqueza, fomentando y llevando a cabo acciones encaminadas a la conservación del entorno económico-social y medioambiental. Con casi 100 años de historia, en CRC seguimos fieles a nuestros valores fundacionales, inspirados en el cooperativismo mantenemos nuestro compromiso de maximizar el valor para sus socios y clientes, y contribuir al desarrollo de nuestra zona de influencia.

- ¿Qué valores sociales y de compromiso tiene CRC?

Nuestra misión, visión y valores convierten a Caja Rural Central en una marca de confianza, lo que garantiza una relación estable con nuestros principales grupos de interés. En nuestro ADN llevamos incorporados una serie de valores enfocados al cliente, que marcan nuestra actuación comercial: compromiso, integridad y responsabilidad, amabilidad y respeto, inconformismo, sencillez y eficacia.

Nuestra apuesta por la obra social es firme. Desde nuestra fundación en 1919 destinamos una importante cuantía de nuestros beneficios a promover, impulsar y apoyar actividades, iniciativas y proyectos de diversa índole: culturales, sociales, deportivas, conservación del medio ambiente, cooperación al desarrollo, fomento del empleo, investigación y formación.

Durante el último ejercicio hemos invertido unas 48.200 horas de formación para contribuir al desarrollo profesional de nuestros equipos, aumentando su satisfacción personal y elevando el nivel técnico al más alto nivel de exigencia del mercado.