Caja Rural Central (CRC) ha adoptado una serie de cambios, tanto internos como externos, para seguir ofreciendo a sus socios y clientes soluciones financieras personalizadas. Se trata de una evolución en su modelo de negocio, basada en el asesoramiento y especialización en banca pyme y banca personal, con el fin de ofrecer un servicio óptimo, mejorar el diálogo financiero y experiencia de sus socios y clientes.

De este modo, la entidad encara una nueva etapa con un modelo de negocio que refleja la idiosincrasia de una banca universal y cercana, a pie de calle. Así, Caja Rural Central responde a cada cliente con un servicio integral para cubrir todas sus necesidades y, además, un trato personalizado para mantener una estrecha relación. De esta manera, el cliente tiene la tranquilidad y confianza de poder disfrutar de las ventajas que se ajustan a su perfil. El actual modelo de relación con sus clientes se apoya en el conocimiento de las necesidades financieras de particulares y empresas, lo que sustenta la situación preferente de CRC en el sector y zona de influencia. La misión, visión y valores de Caja Rural Central convierten a la entidad en una marca de confianza, lo que garantiza una relación estable con sus grupos de interés.

Respecto a la misión, apuesta por contribuir al bienestar de las personas y empresas que viven y trabajan en los entornos sociales en los que desarrolla la actividad. Por su parte, la visión se centra en dar una respuesta coherente al papel que hoy juega en la industria financiera, así como maximizar el valor de los recursos. El círculo se completa con una serie de valores enfocados a los clientes: compromiso, integridad y responsabilidad, amabilidad y respeto, inconformismo, sencillez y eficacia.

Tiempo de cambio

Caja Rural Central, aparte de implantar un nuevo modelo de negocio, ha renovado la identidad corporativa para reforzar, potenciar y maximizar el valor de la marca en el mercado y, a su vez, diferenciarla de sus competidores. Así, el logo ha experimentado un cambio significativo al dejar de utilizar la tipografía de siempre para sustituirla por la fuente del Grupo Caja Rural.

Al variar este elemento, el resultado es una marca más reconocible y contundente, cuya expresión visual combina el nombre y acrónimo (a partir de ahora Caja Rural Central opera bajo las siglas CRC) conservando los principales colores corporativos, junto a la reconocible espiga del grupo. Se ha conseguido una apariencia más actual, pero manteniendo el vínculo visual como elemento fundamental para comunicar la personalidad de la marca y diferenciarla de la competencia.

El logotipo se caracteriza por el juego de tonos verdes. El claro simboliza frescura, renovación, crecimiento, tranquilidad y esperanza, mientras que el oscuro guarda más relación con la madurez y experiencia alcanzada por la entidad durante casi 100 años de historia.

Más plural

Con todo, CRC ha utilizado un nuevo eje de comunicación para consolidar su modelo en el sector y para transmitir a sus clientes y potenciales. Destacan mensajes como «No hay pymes pequeñas, hay sueños grandes. Sí, también lo vemos así», dirigido a empresas y emprendedores ofreciéndoles apoyo financiero para impulsar sus proyectos. Un mensaje que se suma a otros dirigidos a particulares.

Una apariencia más cercana

Estos cambios se han materializado y se aprecian en la reforma llevada a cabo en la oficina principal de Caja Rural Central en Alicante, ubicada en la Avenida Doctor Gadea 8. Los trabajos de mejora se han centrado tanto en la parte interior de las instalaciones como en el aspecto exterior, en la línea de renovación de la imagen de marca. También se han renovado sucursales de la Región de Murcia como Santomera, San Pedro del Pinatar, oficina principal de Murcia y continuará con el proceso de transformación de forma paulatina a toda su red durante el presente ejercicio.