Es importante que conozcan que esta normativa, busca una mayor protección al inversor, y supondrá nuevas obligaciones tanto para las entidades como responsabilidades para los ahorradores e inversores.

Para incrementar la protección al inversor la norma exige un aumento de la transparencia en la información que facilitamos al cliente, para ayudar a sus decisiones de inversión o ahorro. De este modo, las entidades tendremos que facilitar información clara, no confusa y sin conflictos de interés sobre los productos y servicios que le ofrecemos, para que el cliente pueda determinar si finalmente desea contratarlos. Le contaremos con todo detalle las características de los productos que le proponemos, los costes que conllevan y los ingresos que recibiremos por su inversión en el mismo. Le contaremos por qué consideramos que se adecua a su perfil y cuándo debe sustituirlo.

Y por su lado, el inversor tendrá la responsabilidad de preguntar en detalle para entender bien toda la información que le facilitamos las entidades: por qué se le recomienda un producto propio y no uno de otra entidad, cuánto le cuesta realmente cada uno y qué ingresa la entidad por ellos, qué diferencia hay entre unos servicios y otros, etc.

Para que esta nueva forma de relacionarse sea exitosa es muy importante que las entidades conozcamos bien a nuestros clientes.

El test de idoneidad juega un papel primordial. Con él buscamos, por encima de cumplir la normativa, poder conocerle mejor para que nuestra propuesta sea más adecuada y poder garantizar la protección que persigue MiFID II.

En Tressis ya estamos preparados para, conociendo cuál es el objetivo de su inversión (comprar una casa, cubrir estudios de los hijos, la jubilación), su situación financiera, y sus conocimientos y experiencia, ofrecer a cada cliente el producto o servicio más adecuado, que le ayude a lograr sus metas vitales, sabiendo de forma transparente y clara el coste de alcanzarlos.