Para entender qué es una hernia discal, debemos conocer el funcionamiento de nuestra columna vertebral. Ésta se encuentra formada por 33 vértebras que albergan en su canal interior la médula espinal, de la cual emergen las raíces nerviosas que se dirigen a diferentes zonas del cuerpo a través de unos ´orificios de conjunción´ intervertebrales.

Los discos intervertebrales se encuentran entre las vértebras ejerciendo una función de almohadilla para distribuir las cargas sobre la columna. En condiciones de normalidad las raíces nerviosas discurren sin ningún tipo de conflicto por este canal.

Cuando este tipo de disco se deteriora comienza a perder su función normal de amortiguación estrechando los orificios de salida de estos nervios (estenosis) y produciendo el dolor por diferentes zonas de las extremidades inferiores. Asimismo puede producir un hormigueo y adormecimiento de estos miembros.

En el caso de una hernia discal aguda, por lo general producida en pacientes jóvenes tras realizar un esfuerzo físico importante, el fragmento de disco herniado comprime la raíz nerviosa de forma brusca, originando síntomas invalidantes que pueden requerir el ingreso hospitalario.

Los signos de alarma importantes en estos casos son la pérdida de fuerza en la extremidad afectada y las alteraciones de esfínteres. Estos signos implican que debe efectuarse una valoración urgente por el neurocirujano. En otras ocasiones, los orificios por donde discurren las raíces nerviosas se van estrechando progresivamente con la edad ´atrapando´ los nervios que puede producir un daño severo. Este hecho se traduce en una imposibilidad para caminar trayectos moderadamente largos, debiendo detenerse el paciente para aliviar el dolor ocasionado.

Si no hay factores de alarma, el tratamiento de la hernia discal es médico, basado en una medicación de analgésicos-antiinflamantarios, fármacos y, en ocasiones, corticoesteroides y guardando reposo (no más de 48 horas).

Cuando el estado es crónico, el neurocirujano debe valorar la cirugía lumbar para liberar los nervios afectados lo antes posible.

En los pacientes con estenosis de canal lumbar, el tratamiento indicado es la descompresión quirúrgica del canal donde discurren las raíces nerviosas, intervención muy bien tolerada por los pacientes, con alta a las 24 horas.

El período de recuperación completa tras estos tratamientos de columna lumbar suele ser de aproximadamente un mes. Durante este período se recomienda una vuelta progresiva a actividades cotidianas no laborales del paciente, sin esfuerzos físicos importantes.