Normalmente asociamos el estrabismo a la edad infantil, ya que es frecuente diagnosticarlo en edades tempranas. Se estima que un 4% de los niños padecen este trastorno de la vista, que suele estar asociado a defectos de refracción (miopía, hipermetropía y astigmatismo) y a ambliopía u ojo vago, pero también lo sufren muchos adultos que no fueron tratados a tiempo o en los que los tratamientos no funcionaron.

En un estudio sobre pacientes con estrabismo, el 85% de los pacientes refirieron dificultades con el trabajo, el colegio, los juegos y los deportes. Así mismo, manifestaron que los problemas se incrementaron desde la infancia a la adolescencia y hasta la edad adulta. Muchos sufren ansiedad y depresión.

Adicionalmente a los estrabismos arrastrados desde la infancia, o latentes que se manifiestan más tarde, en adultos también se puede dar estrabismos por cambios bruscos de la órbita ocular (como fracturas por traumatismos, tumores), por alteraciones tiroideas, problemas neurológicos o cambios en la refracción por aparición de cataratas. Si la desviación ha aparecido recientemente la persona ve doble, de forma constante o intermitente, lo que resulta invalidante.

Además, las personas que tienen miopía magna pueden desarrollar estrabismo con el tiempo. Lo más frecuente es que el ojo se desvíe hacia adentro (endotropia), aunque en algunos casos se desvía hacia abajo (hipotropia), o en ambas direcciones. Esto se debe a que el ojo miope es un ojo más largo de lo normal, por lo que los músculos encargados de su movimiento se alteran con el tiempo y se desplazan hacia abajo, dificultando la movilidad hacia afuera y hacia arriba.

El tratamiento del estrabismo en adultos

El tratamiento del estrabismo requiere una exploración oftalmológica completa para detectar si hay problemas asociados como los defectos de refracción, la ambliopía o el tortícolis. La cirugía de estrabismo no es una cirugía estética, sino reconstructiva, que restaura la función normal del sistema visual, que requiere el alineamiento de ambos ojos.

La cirugía de estrabismo es una cirugía frecuente en los adultos que buscan una mejor calidad de vida. Es una intervención segura que debe ser realizada por oftalmólogos especialistas en estrabología.

Según los casos, los tratamientos incluyen inyección de toxina botulínica o cirugía de los músculos extraoculares. La toxina botulínica es una sustancia que se inyecta en los músculos para debilitarlos temporalmente, y puede suponer una buena opción poco agresiva. En la cirugía se recolocan los músculos que mueven los ojos para modificar su efecto. Es una cirugía con resultados de alineamiento desde el primer día que se va agradeciendo aún más a largo plazo cuando el paciente se va acostumbrando a poder usar su sistema visual con normalidad.

En muchos casos la cirugía de estrabismo ha sido retrasada por médicos, e incluso algunos oftalmólogos, por desconocimiento, con argumentos como: «su problema no tiene solución», «quedará peor», «verá doble» o «es usted demasiado mayor». Se ha descrito una demora media de 20 años en la cirugía de estrabismo, incluso con visión doble, por rechazo del paciente o del médico.