El gas natural vehicular es un combustible sustituto de la gasolina en motores de combustión interna de encendido por chispa y en forma parcial del diesel en aquellos motores de encendido por compresión.

A día de hoy cualquier tipo de vehículo, excepto las motos, puede funcionar con gas natural. Coches, furgonetas, autobuses, camiones pesados, trenes y hasta barcos ya utilizan este combustible. Los 18 millones de vehículos en el mundo de gas natural demuestran su viabilidad técnica. Y cada vez son más los fabricantes que están apostando por este tipo de vehículos. En los modelos tipo turismo o comerciales tipo furgonetas, por ejemplo, los fabricantes han mantenido un depósito de gasolina (vehículos bifuel), lo que permite disponer de una mayor autonomía, sumando la del gas natural vehicular a la de la gasolina. En los vehículos profesionales hay modelos que funcionan sólo con este tipo de gas (vehículos dedicados) y modelos que funcionan con este gas natural y gasóleo (vehículos dual-fuel).

Ventajas medioambientales

Una de las ventajas más importantes que presenta el gas natural vehicular como combustible alternativo es que su uso conlleva una importante reducción de la contaminación debida al transporte, un problema en casi todas las grandes ciudades y principal línea de actuación en la lucha contra el cambio climático.

Cabe destacar que su utilización permite reducir en un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno (Nox), además de casi en un 100% las emisiones de material particulado (PM), no emite SO2 y no contiene plomo ni trazas de metales pesados.

Además, el gas natural vehicular es el combustible que más ayuda al cumplimiento de las políticas medioambientales de España ante la UE, tanto en lo referente a la reducción del CO2 como de otros contaminantes. Los motores de gas natural reducen en más de un 50% la emisión sonora percibida y las vibraciones de los motores de gasóleo, lo que también comporta una reducción en la contaminación sonora.

Asimismo, es el combustible fósil que emite menos CO2, principal gas de efecto invernadero. De esta forma, lanza un 30% menos de emisiones respecto a la gasolina, un 20% respecto al diesel y un 12% respecto al gas licuado del petróleo (GLP).

A todo lo que aporta al medio ambiente hay que sumar el importante ahorro económico que supone usar gas natural vehicular, ya que es un 50% más económico que la gasolina, un 30% más que el gasóleo y un 25% más que el GLP por kilometro recorrido.

Estaciones de carga

Uno de los inconvenientes que ha tenido hasta ahora el gas natural vehicular es la escasez de estaciones capaz de cubrir la demanda, pero actualmente la red existente en España permite poder circular con este gas a lo largo del país sin problemas de autonomía. Existen 42 estaciones públicas en España, un número que crece mes a mes a lo largo de todo el país. Consulta el mapa de estaciones de gas natural vehicular actualizado haciendo click aquí.

El gas natural vehicular se suministra de dos maneras: como gas natural comprimido (GNC), más enfocado a vehículos ligeros y furgonetas, o gas natural licuado (GNL), empleado para los camiones de largo recorrido.

Las estaciones de gas natural comprimido son similares a las gasolineras habituales. El procedimiento de carga es similar al de la gasolina o gasóleo, pero mucho más seguro ya que se basa en conectar la manguera a la entrada del depósito, cerrar manualmente una válvula de seguridad y activar la carga mediante un pulsador de inicio, siendo el tiempo de carga del orden de uno o dos minutos.