Hasta no hace mucho tiempo, el vermut era algo típico de los domingos, sin embargo en la actualidad lo podemos encontrar en numerosos bares y restaurantes donde lo utilizan para realizar preparados y combinados, cuyo resultado es realmente interesante a nuestro paladar.

Llega el medio día, un paréntesis en el que nos permitimos el lujo de poder parar durante un rato nuestras ajetreadas vidas y nos sentamos en la barra de un bar con los compañeros de trabajo o en la terraza de un restaurante a tomarnos un aperitivo junto a nuestros amigos. Es la hora del vermut.

La hora del vermut, que por tradición siempre ha tenido lugar antes de comer y cuyo objetivo ha sido despertar el apetito, viene acompañada de una buena tapa, como no podía ser de otra manera. Un ejemplo de ello serían las gildas de aceituna, anchoas y guindilla, o los clásicos boquerones en vinagre que tan bien combinan con el vermut. Y no dejemos a un lado todos los aperitivos tradicionales como las gambas al ajillo, las almejas a la marinera o los mejillones a la vinagreta, que serán perfectos para disfrutar mientras se bebe un vermut, ya que esa mezcla de aperitivos y este licor la tenemos asociada a ese placer dominical de salir de picoteo.

¿Cómo tomar el vermut?

El vermut, que busca el equilibrio entre dulce, amargo y ácido, se puede tomar de diversas formas, entre las que destaca por antonomasia la manera clásica. Ésta consiste en tomarlo en un vaso con hielo, con o sin rodaja de limón, o servido en una copa, con una rodaja de naranja y una aceituna dentro. Hay muchas otras formas de disfrutar de esta bebida, como por ejemplo añadir un chorro de sifón o de agua carbonatada o en vaso bajo con dos piedras de hielo y unas aceitunas al lado.

Pero además de beberse como aperitivo, el vermut es también uno de los ingredientes estrella en coctelería, existiendo muchas combinaciones en las que se utiliza como parte de cócktails y tragos cortos. Destacamos, por ejemplo, el cocktail Negroni, descendiente directo del cocktail Americano, y entre sus ingredientes encontramos ginebra y vermout; o el conocido Manhattan, ideal para tomar como aperitivo. Según el tipo de vermout que se utilice en este cóctel, el Manhattan puede ser seco, decorando normalmente con una aceituna y una espiral de limón, o dulce, sustituyendo la aceituna por una guinda.

El anís, un refrescante digestivo

El anís, que posee una graduación alcohólica de entre 40% y 60%, se destila de la fruta de la planta verde de anís y se agregan otros ingredientes aromáticos, que pueden influir en el color de la bebida. Su versatilidad permite consumirlo tanto seco, obteniendo un gusto muy fuerte, como dulce. España destaca como productor de anís de gran calidad y capital de los amantes de esta bebida y las firmas productoras suelen distinguir el anís seco con una etiqueta verde y el anís dulce con una etiqueta roja. Suele tomarse después de la comida por sus funciones digestivas.

Pero atentos porque el anís también forma parte de esas bebidas refrescantes que tanto nos alivian el calor del verano. Por todos es conocida la tradicional bebida de "la paloma", la cual se toma en gran parte de las fiestas tracionales de la provincia de Alicante. Se compone de ingredientes tan sencillos como agua, hielos y el propio anís. Pero existen multitud de combinaciones que llevan como ingrediente fundamental el anís. Es el caso, por ejemplo, de la Cerveza Combate, compuesta de cerveza rubia, cerveza negra, azúcar y gotas de anís; o Sol y Sombra, cuyos ingredientes son brandy, anis seco, carpano y angostura.