Con tan sólo 23 años le diagnosticaron cáncer de mama pero por suerte su proceso no pudo ser más rápido. A Victoria le operaron al día siguiente de comunicarle la noticia, por lo que no le dio tiempo a pensar en qué podría pasar. "De esto no te vas a morir", le dijo el doctor, "y yo me lo creí", cuenta Victoria con la misma contundencia y convencimiento que tenía por aquel entonces. Sabía que saldría de aquello. Y así fue.

Le practicaron una mastectomía y se sometió a quimioterapia durante 6 meses, sin embargo, en aquel momento no sentía miedos. "Lo empecé a pasar mal cuando realmente me enfrenté a la enfermedad, al terminar el tratamiento. Ahí empecé a hacerme preguntas y a querer saber porqué me había pasado a mí, si había hecho algo mal, o si la alimentacion no fue la correcta?", cuenta nuestra protagonista. "Una vez superado el cáncer hay mucho trabajo después. Viene el miedo o la ansiedad cada vez que llega una revisión por si vuelve a pasar, por si voy a estar preparada si me ocurre de nuevo, y tenemos que superarlo. Para ello, la Asociación de Mujeres Afectadas por el Cáncer de Mama de Elche me ayudó muchísimo", puntualiza Victoria.

Victoria tuvo mucha suerte, y lo sabe. El primer encuentro con ella misma tras operarse el pecho fue clave: "nunca me vi totalmente plana". En la misma mastectomía le colocaron una prótesis pequeña, lo que supuso en factor más para poder superar el cáncer. Sin embargo, un trago más que tuvo que superar la joven fue la noticia con 27 años de que su cáncer era genético, por lo que tenía probabilidades de volver a padecer otro cáncer de mama y cáncer de ovario. De forma que para prevenirlo le estirparon el otro pecho, intervención en la que también le colocaron una prótesis en esa mama, y actualmente está a la espera de operarse de los ovarios. Pero, a pesar de los miedos que tiene, si algo destaca de Victoria es su positividad y la fuerza que irradia cuando lo cuenta. Porque sabe que de eso no se va a morir.

Madre después del cáncer

Contra todo pronóstico, a los 28 años se quedó embarazada de forma natural de una niña, a la que le dio el pecho con una sola mama durante un año. Sin embargo, la decisión de tener hijos no fue fácil, ya que al ser genético su cáncer podría ser heredado por su descendencia. A pesar de todo, su marido y ella fueron a por todas y ahora son padres de dos preciosas niñas.

A día de hoy, con una familia propia y con dos hijas a las que cuidar, si hay algo que Victoria resalta de su experiencia es la edad a la que sufrió el cáncer. Tanto es así que con mucha claridad y sin dudas afirma que "menos mal que me pasó en una época en la que no tenía responsabilidades, en la que mi única preocupación era yo, y eran los demás quienes se preocupaban por mi. Si tuviera que elegir me quedaría con aquella edad porque se te rompería el corazón de pensar que tienes que estar con la gente que te necesita y en vez de eso estás mal, o pensando que te pueda pasar algo y dejarlos solos. Con 23 te preocupas por el estado fisico y pones todas tus energías en ti misma y en salir de eso, sin pensar en nadie más".

AMACMEC, fuerza y compañía de por vida para las mujeres con cáncer de mama

AMACMEC, fuerza y compañía de por vida para las mujeres con cáncer de mama

Para Victoria, igual que para cualquier persona que padece una enfermedad, tener tras ella el apoyo, la fuerza y el asesoramiento de una asociación es imprescindible para hacer frente al dolor y al desasosiego. Por ello, el papel que cumple en este caso la Asociación de Mujeres Afectadas por el Cáncer de Mama de Elche y Comarca (AMACMEC) fue, y sigue siendo, de vital importancia para que Victoria, quien lleva 11 años como socia, sobrellevara la enfermedad gracias a los grupos de apoyo de quimioterapia, la psicóloga o los fisioterapeutas, a los que todavía acude para la rehabilitación del brazo y el mantenimiento de los dos pechos, que al estar reconstruidos pueden ocasionar problemas de espalda o encapsulamiento. Además, lo que más destaca de toda su labor es la contribución a que las mujeres tengan la mente ocupada mediante telleres y actividades, algo fundamental en este proceso.

Según comenta la presidenta de AMACMEC, Consuelo García, socia desde hace 18 años, "el apoyo y ayuda desde el primer momento del diagnóstico es clave para que no estén desamparadas ante la noticia del cáncer. Lo primero que se hace es charlar para tomar contacto con ellas y que nos cuenten lo que necesiten, porque recién diagnosticada se tiene un caos mental que se necesita contar lo que se siente y oír otros testimonios que lo han pasado".