El envejecimiento natural de la piel se manifiesta en el rostro con la aparición de líneas de expresión, arrugas y pliegues cutáneos marcados. Su manifestación y características dependen de factores genéticos, ambientales y de los cuidados recibidos. Estas arrugas se localizan principalmente en zonas de expresión, donde se producen los movimientos faciales repetitivos (cuando sonreímos o fruncimos el ceño), es decir en la frente, entre las cejas y el contorno de los ojos.

En la actualidad millones de personas se realizan tratamientos estéticos cada año, siendo el Botox o Toxina Botulínica la técnica estética dermatológica más utilizada en todo el mundo, posicionándose como el procedimiento cosmético por excelencia. La corrección de arrugas con Botox constituye un tratamiento de primera elección por su eficacia y seguridad tras décadas de experiencia en millones de personas.

El doctor Fernando Toledo, responsable de la Unidad de Dermatología Estética de la Clínica HLA Vistahermosa, nos explica qué es y en qué consiste el Botox, uno de los múltiples tratamientos estéticos disponibles para mejorar la salud y bienestar de la piel.

¿Qué es el Botox?

El Botox es una proteína obtenida de una bacteria, Clostidium botulinum, que inyectada en los músculos faciales disminuye de forma reversible la contracción muscular excesiva al bloquear los impulsos nerviosos que estimulan los mismos.

Existen diferentes nombres comerciales para su uso estético: Vistabel®, Azzalure® y Bocouture®.

¿Es el Botox un tratamiento seguro?

En los últimos 30 años son pocos los fármacos que se han investigado tanto como el Botox por su utilización en multitud de aplicaciones terapéuticas y estéticas, por lo tanto, su eficacia y seguridad está contrastada y es incuestionable. Se trata de un procedimiento que debe ser administrado únicamente por médicos con la cualificación y experiencia adecuada en esta técnica estética y que disponga del equipo adecuado, lo que permita minimizar el riesgo de efectos adversos.

Las posibles complicaciones que puedan aparecer son en su mayoría leves o moderadas (caída de la cola de la ceja, dolor, irritación, hematomas, etc...), transitorias, reversibles y se resuelven espontáneamente en pocas semanas.

¿En qué áreas se puede utilizar?

El Botox se utiliza para mejorar las arrugas verticales de entre las cejas producidas al fruncir el entrecejo al forzar la mirada, las patas de gallo que aparecen al sonreír, así como para las arrugas horizontales de la frente que aparecen al subir las cejas. Con esto, conseguimos revertir la acción del tiempo, ya que al reducir estas arrugas recuperamos una mirada más fresca y relajada, mejorando el aspecto cansado de nuestra cara.

¿Cuánto dura el efecto?

Su duración varía entre los tres y los seis meses, en función del tipo de paciente y el número de tratamientos realizados, aunque la pérdida del efecto es progresiva y en muchos pacientes la mejoría persiste más allá de este periodo, lo que nos permite espaciar la siguiente infiltración. Una vez transcurrido este período, el músculo regresa a su estado anterior, aunque vuelve a mejorar al repetir el tratamiento. Existen tres tipos de pacientes en la movilidad de la musculatura facial: cinéticos, hipercinéticos e hipocineticos. Esta característica hará que la duración sea diferente en cada caso, siendo un aspecto a tener en cuenta en la exploración del paciente, antes de realizar el mismo. Los tratamientos repetitivos en las mismas zonas contribuyen a alargar cada vez más su duración, sin efectos secundarios a largo plazo.

¿En qué consiste?

Se trata de un procedimiento ambulatorio, realizado en consulta sin anestesia, con una duración aproximadamente de 20-30 minutos. Es mínimamente doloroso, ya que se inyecta con una aguja fina, sin efectos secundarios, por lo que el paciente puede incorporarse inmediatamente a su vida social y laboral. Los resultados son perceptibles a las 24 horas, aunque son óptimos a los 7 días.

¿Es cierto que el Botox cambia mi expresión facial o me hincha la cara?

Nuestros pacientes habitualmente presentan estas dudas que surgen del desconocimiento de la técnica y que no son reales. El Botox produce relajación temporal selectiva y reversible de los músculos faciales tratados, consiguiendo una mirada relajada, armónica y natural, al restarle fuerza a los músculos cuya contracción excesiva es responsable de la aparición de arrugas y da un aspecto serio a nuestra expresión facial, sin afectar a los músculos no tratados.

No consiste en un relleno con ácido hialurónico, por lo tanto en ningún caso se produce un aumento de volumen y su administración es imperceptible para el resto de personas. Se trata del procedimiento estético con mayor grado de satisfacción por parte de los pacientes.

En la Unidad de Dermatología Estética de HLA Vistahermosa realizan estudios personalizados previos atendiendo a las necesidades del paciente y planteando un tratamiento adecuado a las mismas.