Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) señala que es muy importante escoger adecuadamente el calzado que utilicemos en el trabajo para salvaguardar la salud del pie y evitar lesiones que puedan, incluso, ser incapacitantes.

Las afecciones más comunes en los pies desarrolladas en el entorno laboral son principalmente las metatarsalgias (dolor en la zona plantar anterior del pie), juanetes, dedos en garra o fascitis plantar (dolor e hinchazón en la zona del talón) en profesiones que requieren andar en exceso o pasar mucho tiempo de pie y laceraciones, pinchazos o esguinces, en empleos del sector de la industria, la construcción, la siderurgia, la metalurgia o la electricidad.

Claves para un buen calzado

Las claves para escoger adecuadamente el calzado laboral y proteger la salud del pie son las siguientes:

1. Debe disponer de una suela gruesa de goma o un material similar. Permite un mayor confort y seguridad al caminar, e incrementa la seguridad del pie, será antideslizante y mejorará su contacto con el suelo.

2. El cambrillón debe ser rígido. Ayuda a que el calzado se flexione adecuadamente coincidiendo con la zona de la articulación metatarsofalángica a la vez que evita las torsiones, lo que propicia que la dinámica al caminar se desarrolle de una forma confortable y eficiente.

3. Escotadura que proteja el llamado «tendón de Aquiles» o tendón calcáneo, que reduzca el impacto repetitivo del zapato en esta zona en cada paso que se da, de forma que quede protegida.

4. Que el calzado disponga de un buen contrafuerte posterior ayudará a alargar su vida útil evitando que se desboque, lo que es especialmente recomendable para personas con el talón en valgo (desviación lateral).

5. Zona del antepié amplia. Es importante que los zapatos respeten el ancho natural del pie y, por tanto, eviten una compresión de los dedos sea falta de amplitud o de altura.

6. Quebrante de puntera rígido. Se trata de un elemento de diseño en la suela muy útil para el despegue en cada paso, es el espacio que existe entre la punta del zapato y el suelo y su función es favorecer el efecto de balancín durante el inicio de la marcha.

7. Puntera de seguridad. En aquellos trabajos donde sea necesario incrementar la protección (metalurgia, industria, construcción, etc.) es fundamental escoger un calzado con una puntera resistente que a la vez sea ligero para facilitar el movimiento.

8. Controlar la altura del tacón. Si un empleo exige la utilización de un zapato de tacón elevado, es clave tener en cuenta que no supere los 4 cm. A partir de esta altura, el peso se traslada hacia el antepié, lo que deriva en sobre cargas de la zona que puede ocasionar metatarsalgias, sobrecarga por transferencia en radios centrales, neuroma de morton, helomas o hiperqueratosis, entre otras patologías. Además, es recomendable sea amplio para una mayor estabilidad.

9. Debe ser transpirable. El calzado que utilicemos para trabajar debe permitir una correcta transpiración del pie y la absorción del sudor para evitar la humedad continua en el mismo que podría provocar la maceración de la zona y favorecer la aparición de hongos.

10. Estar confeccionado con materiales naturales. Es recomendable utilizar un zapato confeccionado con materiales naturales porque, además de permitir la transpiración del pie, ofrecerá mayor confort a la hora de caminar.