El Día Mundial del Agua que se celebra cada 22 de marzo tiene este año por lema «Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?». Su objetivo es, por un lado, reducir las aguas residuales y por otro reutilizarlas.

Entre los objetivos de desarrollo sostenible se encuentra «mejorar la calidad del agua, reducir la contaminación, eliminar los vertidos y minimizar la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentar sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua».

Este objetivo también contribuye a conseguir los de desarrollo sostenible sobre la salud y el bienestar; la seguridad del agua y el saneamiento; la energía sostenible y limpia; las ciudades y comunidades sostenibles; la vida bajo el agua; y la vida en la tierra, entre otros.

Aún hoy, más de 663 millones de personas viven sin un suministro de agua segura cerca de su casa, pasan innumerables horas haciendo colas o caminando a fuentes lejanas y haciendo frente a los impactos en la salud del uso de agua contaminada.

Globalmente, más del 80% de las aguas residuales vuelve a fluir hacia el ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas; 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces con el riesgo de contraer enfermedades como cólera, disentería, fiebre tifoidea o poliomielitis. Y esta es la causa de alrededor de 842.000 muertes cada año.

En 2050, cerca del 70% de la población mundial vivirá en ciudades, en comparación con el 50% actual. En la mayoría

de las ciudades de los países desarrollados existe infraestructura y recursos adecuados para abordar la gestión de las aguas residuales de manera eficiente. Las oportunidades de aprovechar las aguas residuales como un recurso valioso son enormes. La gestión de las aguas residuales es una fuente asequible y sostenible de agua, energía, nutrientes y otros materiales recuperables.

El coste del tratamiento de aguas residuales es muy inferior a los beneficios que esto conlleva para la salud humana y el desarrollo y la sostenibilidad ambiental, proporcionando nuevas oportunidades de negocio y la creación de empleo verde.

La demanda se duplicará en 2030

En 2030, se espera que la demanda mundial de agua crezca un 50%. La mayor parte de esta demanda será en ciudades, por lo que es imprescindible un nuevo enfoque para el tratamiento de las aguas residuales.

Las aguas residuales son también un recurso potencial y su uso o reciclado después de un tratamiento adecuado puede tener beneficios económicos para la industria. Las aguas residuales pueden utilizarse dentro del propio negocio o entre varias empresas a través de la «simbiosis industria». El consumo de agua industrial es responsable del 22% del uso mundial del agua (según UN-Water, 2012). En 2009, en Europa y América del Norte, el consumo de agua fue del 50% en comparación con el 4-12% de los países en desarrollo. Se espera que la industrialización de esos países se multiplique por cinco en los próximos 10 a 20 años.

En la agricultura

Asimismo, es importante reconsiderar el tratamiento de aguas residuales para su uso en la agricultura. El uso de fertilizantes químicos y plaguicidas ha aumentado en los últimos años, tanto en la agricultura industrial como en la pequeña, en parte, para ayudar a maximizar los rendimientos de las explotaciones agrícolas para hacer frente a una fuerte demanda.

La contaminación de las aguas subterráneas y superficiales por el empleo de aguas residuales no tratadas o tratadas inadecuadamente es un tema importante en muchos países en desarrollo donde se practica tal riego. El tratamiento y reutilización adecuados de aguas residuales contribuiría a una mayor seguridad alimentaria y a generar nuevas fuentes de agua y nutrientes. También puede crear trabajos directos e indirectos en sectores dependientes del agua.

El agua residual es percibida como un recurso valioso en la economía circular y su manejo seguro es una inversión eficiente en la salud de los seres humanos y de los ecosistemas. Mejorar la gestión de las aguas residuales significa mejorar los seis objetivos de la meta de desarrollo sostenible en el sector del agua.

Reutilizar supone un ahorro del 70% de agua y del 90% en energía

El tratamiento de las aguas residuales y su reutilización es, sin duda, uno de los retos para el futuro. Según las Naciones Unidas, invirtiendo en la recuperación y en la reutilización del agua, se podría alcanzar un ahorro de hasta el 90% en energía y del 70% en agua. El Día Mundial del Agua es una oportunidad para debatir sobre las oportunidades para aprovechar las aguas residuales, los retos pendientes sobre este tema y la reducción del consumo de agua. En el mundo, 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces y 663 millones de personas continúan sin tener acceso al agua potable. Hoy día el 80% de aguas residuales se vierten en río o el mar.

La Fundación We Are Water, con el objetivo de denunciar la cantidad de horas que millones de mujeres y niños invierten en la recolección de agua cada día, impulsa por segundo año consecutivo la campaña #NoWalking4Water, que aglutina tanto a ciudadanos como a personalidades de diferentes ámbitos, como el deporte, la música o el cine. La acción tiene como objetivo hacer visible este problema a través de la imagen de un bidón de veinte litros como el que usan estos millones de personas.