Nada mejor para gozar de una alta calidad de vida y de una buena salud que hacer deporte de forma regular. Sin duda se trata de una excelente inversión, es fácil y barato generando altos réditos. Realizar cualquier actividad física aporta un gran número de beneficios a nuestro cuerpo, así como a nuestra salud psicológica y relaciones sociales.

Un sinfín de posibilidades al alcance de cualquiera que se decida a coger sus zapatillas y lanzarse a hacer ejercicio. Positivismo que se acrecienta durante la infancia y la adolescencia por su contribución al desarrollo integral de la persona, tanto físico como psicológico.

Las últimas encuestas publicadas señalan que en nuestro país el 53,5 % de la población de 15 años en adelante practicó deporte en el último año. La mayor parte, el 86,3 %, con gran intensidad, al menos una vez a la semana.

Por sexo se observan notables diferencias. Continúa siendo superior en los hombres que en las mujeres. Si se considera en términos anuales, 59,8 % en los hombres, frente al 47,5 % en mujeres. Y en términos semanales, 50,4 % ellos y 42,1 % ellas.

Las actividades más practicadas son: gimnasia, 19,2%; carrera a pie, 10,6%; ciclismo, 10,3%; natación, 8,4%; musculación y culturismo, 8,2%; fútbol 11, 7 y sala, 7,2%; senderismo y montañismo, 4,9%; pádel, 3,7%; otras actividades físicas con música, 3,6%; atletismo, 2,5%; baloncesto y tenis, 1,9%.

Alta rentabilidad

Alta rentabilidadCuando se hace algún tipo de esfuerzo, aumenta la cantidad de sangre que se expulsa del corazón en cada latido. Es decir, hay una mayor eficiencia por parte de este órgano, que así utiliza menos energía para trabajar. El ejercicio también favorece la circulación dentro del músculo cardíaco.

El sistema circulatorio, encargado de la distribución de la sangre a todo el cuerpo. Permite que los tejidos obtengan suficiente oxígeno y nutrientes y que se eliminen los residuos. También ayuda a la disminución de la presión arterial, reduce el número de coágulos en el interior de las arterias (previniendo así infartos y trombosis cerebrales), aumenta la circulación en los músculos y mejora la circulación de la sangre a través de las venas (un plus contra las varices).

Además, se liberan endorfinas, que son unos neurotransmisores que poseen una gran potencia analgésica, responsables del sentimiento de bienestar después del ejercicio. También disminuye la sensación de fatiga, dando más energía y capacidad de trabajo al aparato locomotor.

El deporte alivia estados de ánimo adversos y otras manifestaciones de estrés psicológico, aporta divertimento, distracción de los problemas diarios, previene y disminuye algunos síntomas de estados patológicos de ansiedad (trastornos de ansiedad generalizada, trastorno fóbico, trastorno obsesivo compulsivo) y combate la depresión. También contribuye a prevenir y modificar ciertas conductas anómalas, como la conducta antisocial, gracias a los valores y modelos positivos asociados al deporte.