¿En qué consiste la blefaroplastia?

La blefaroplastia es una intervención quirúrgica que consigue rejuvenecer notablemente la mirada, pudiéndose realizar tanto en los párpados superiores como en los párpados inferiores.Tanto el exceso de piel (dermatocalasia) como el exceso de grasa (prolapso graso o bolsas) se puede corregir para rejuvenecer la mirada. Con el paso de los años se puede producir un prolapso de la grasa orbitaria que ocasionan las llamadas bolsas, así como un descolgamiento de la piel de los párpados por el aumento de la laxitud de la piel y los tejidos perioculares ocasionando lo que se denomina dermatocalasia.En algunos casos la blefaroplastia se realiza por motivos no sólo estéticos si no también funcionales, ya que el exceso de piel puede producir oclusión parcial de la pupila y esto conlleva una pérdida del campo visual. Si existe un párpado caído asociado (lo que se denomina ptosis palpebral), también puede corregirse en la misma intervención de blefaroplastia.La blefaroplastia es sin duda una cirugía segura en manos expertas, que mejora no solo la apariencia si no también el funcionamiento de nuestros párpados y amplía el campo de visión. Muchos pacientes experimentan cierta fatiga o cansancio ocular, incluso cefaleas, por el peso de los párpados y la mayor dificultad que presentan al intentar abrir sus ojos, siendo la blefaroplastia en la mayor parte de los casos la cirugía indicada.

¿Cómo se practica esta intervención?

La cirugía del párpado superior se realiza por una pequeña incisión a nivel del surco o pliegue palpebral superior para que quede totalmente oculta en dicho pliegue, y la cirugía del párpado inferior tiene dos abordajes posibles: Uno a través de la piel y otro por vía conjuntival, siendo la principal ventaja de éste último el que no existe cicatriz visible. El exceso de grasa (bolsas) del párpado inferior se pueden tratar disminuyendo su tamaño o redistribuyendo/recolocando dicha grasa para que rellene otras zonas más deprimidas.

¿Cuáles son los miedos de los pacientes ante esta intervención?

La anestesia utilizada para realizar una blefaroplastia es la anestesia local infiltrada en la zona a tratar. Se trata de una cirugía ambulatoria, es decir el paciente puede irse a casa tras la intervención. Los riesgos suelen ser de escasa importancia, y pasajeros como hematomas o inflamaciones postoperatorias. Es muy importante aplicar frío local durante los primeros días para evitar hematomas postoperatorios. También es recomendable la aplicación de pomadas antibióticas/antiinflamatorias sobre la superficie operada durante la primera semana.No son frecuentes complicaciones más serias como infección de la herida o cicatrización anormal.Es muy importante que el cirujano que realiza este tipo de intervenciones sea un cirujano oculoplástico, un oftalmólogo con subespecialidad en cirugía de párpados, vías lagrimales y órbita ocular, quien tendrá todos los conocimientos oftalmológicos necesarios para saber si es suguro realizar dicho procedimiento sin afectar a la capacidad de visión. Existen enfermedades oculares que pueden agravarse si no se tienen en cuenta al realizar la blefaroplastia, como por ejemplo la sequedad ocular, las conjuntivitis crónicas, el lagrimeo (epífora).

¿Qué es la cirugía oculoplástica?

­La Cirugía Oculoplástica o Cirugía Plástica y Reconstructiva es una subespecialidad dentro de la oftalmología, que requiere una formación adicional dada la gran variedad de técnicas quirúrgicas que necesita dominar. Las enfermedades y defectos que trata son aquellas relacionadas con vías lagrimales, párpados y órbita ocular.

Entre las causas más frecuentes para recurrir a intervenciones de cirugía oculoplástica destacan el envejecimiento (por aumento de la laxitud de los párpados), las enfermedades dermatológicas (que predisponen a la blefaritis o inflamación crónica del borde de los párpados), la exposición solar (al aumentar el riesgo de tumores palpebrales), las alergias oculares (el continuo frotamiento que originan puede dar lugar a malposiciones palpebrales), el uso de lentes de contacto (cuando se usan incorrectamente pueden ocasionar párpados caídos), o enfermedades autoinmunes (como alteraciones tiroideas que generan cambios en la órbita ocular).