Este pasado viernes se celebró en las tiendas K-tuin, el conocido como Black Friday, una jornada en la que se concentran las mejores ofertas del año y que constituye el comienzo de la campaña de Navidad. Se trata de una moda importada de Estados Unidos, que se celebra el viernes siguiente al día de Acción de Gracias, que desata una auténtica locura de compras y de consumo, para aprovechar las ofertas especiales que el comercio pone en el mercado.

K-tuin, el mayor distribuidor de producto Apple en nuestro país con presencia en 14 ciudades, fue pionero en la implantación de esta jornada en nuestro mercado y comenzaron con esta campaña hace ya más de seis años, cuando aquí era una práctica desconocida. Ahora se ha popularizado y cada vez son más las tiendas que utilizan esta excusa para animar las ventas. En la jornada de ayer, las ventas superaron los 3 millones de euros, contando tanto las ventas presenciales en las tiendas, como a través de la web de la compañía. Hubo un tráfico intenso de clientes durante todo el día, si bien a última hora de la mañana y de la tarde la concentración fue mayor. Debido al despliegue de personal de atención al cliente que hubo en todo momento, los tiempos de espera no fueron significativos y, desde luego, muy lejanos a las tremendas colas que tienen que esperar algunos clientes al otro lado del Atlántico.

La cifra de ventas alcanzada, supuso un logro sin precedentes en campaña anteriores y, comparativamente, podría ser similar con la cifra de ventas de algún mes. Sin duda se trata de una buena noticia, no desde el punto de vista de la rentabilidad de las operaciones, si no como un importante indicativo de cómo puede comportarse el mercado de cara a la campaña de Navidad. Cabría pensar que esas noticias económicas positivas que se han lanzado, tienen su respuesta en forma de cierta recuperación de la demanda.

Finalmente, también cabe destacar el papel que ha jugado la venta vía web. Existe una clara tendencia a consolidarse como un canal de ventas cada vez más importante y no solo en el área de complementos y de productos de un importe relativamente bajo, si no también se está notando la evolución a que la tipología de producto que se pide por medio de la web, es muy similar a la venta que se hace en la tienda. Ahora no es difícil ver pedidos online de ordenadores que superan los 1.500 euros de importe.