El PP se siente con la fuerza suficiente para mantener la tensión en la Comunidad de cara a su gran objetivo: recuperar la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas y los gobiernos locales en 2019. Y, además, está convencido de que Isabel Bonig, elegida en su día «a dedo» como presidenta regional para relevar a Alberto Fabra, es la persona que debe continuar enarbolando la bandera popular después del éxito cosechado en las elecciones generales del pasado 26-J, comicios en los que el PP dejó a diez puntos a la coalición A la Valenciana, liderada por Compromís y con Mónica Oltra como principal estilete. Estimulados por la victoria, la dirigente popular pidió a los notables del PP, reunidos para analizar los datos de las urnas, que mantengan la presión ante la posibilidad de que los comicios autonómicos se pudieran adelantar por la inestabilidad del gobierno de izquierdas que comparten los socialistas y Compromís con el respaldo parlamentario de Podemos.

La intervención de Bonig se centró básicamente en «vender» la mejora electoral -los populares sacaron 80.000 votos más que en diciembre y recuperaron dos escaños para mantenerse como primera fuerza- como un reconocimiento a la labor de «renovación» de la cúpula del PP y, a la vez, como una evidencia del deterioro de los gobiernos de izquierda tanto en la Generalitat como en los municipios. Luego tomaron la palabra los tres presidentes provinciales. Cada uno hizo el discurso que le interesó. El líder del PP en la provincia de Valencia destacó la victoria en el «cap i casal» a pesar de que los casos de corrupción les han dejado con un sólo concejal en el consistorio. Y el número uno de los populares en Castellón elogió el papel de los pequeños municipios donde la ola se llevó por delante al PP en las elecciones locales de hace un año.

La intervención de José Císcar, convertido en el barón territorial popular con mejor resultado por encima de la media de la Comunidad y de España, tuvo un enorme calado, como mínimo, en clave interna. Elogió el papel de Isabel Bonig y su determinación a la hora de hacerse cargo de la cúpula del PP en un momento tan complicado como el que siguió a unos comicios que, hace ahora doce meses, alejaron a los populares de las principales instituciones de la Comunidad. Por si había alguna duda, Bonig es la apuesta clara de Císcar para encabezar la renovación de la cúpula y de las estructuras del PP. Hoy, además, está convocada la Junta Directiva Provincial con la asistencia del ministro Margallo. Y está por ver si asiste Gerardo Camps, que ayer fue el único diputado electo, al margen del caso especial del titular de Asuntos Exteriores, que se «borró» de la reunión del alto mando popular.

Isabel Bonig aseguró, a preguntas de los periodistas al término de la reunión, que el 20-D marcó un «punto de inflexión» y que el 26-J así «lo ha ratificado». «No es momento de euforias. Queda mucho camino por recorrer, pero hemos conseguido lo principal: evitar que el PP se desmorone», resaltó. En este año, Bonig señaló que «muchos compañeros no sabían ni lo que era la oposición» por lo que «no ha sido una tarea fácil». «Ha habido discrepancias lógicas en un partido que no es de pensamiento único», aseveró. «Ahora empieza el trabajo para las elecciones autonómicas de 2019: presentar un proyecto de partido más abierto, participativo y renovado con un nuevo relato en la Comunidad», avanzó Isabel Bonig que «utilizó el lema de otros partidos: sí se puede», apostilló sin citar de forma explícita a Podemos.

Ofreció su respaldo al Consell en la reclamación de la financiación autonómica o a la hora de paliar el déficit de infraestructuras pero, sin embargo, adoptó la estrategia que le ha dado tan buen rédito a Rajoy para recrudecer sus ataques contra Compromís y su líder, la vicepresidenta del Consell. «Entiendo que la señora Oltra tenía otras expectativas», en referencia al resultado electoral de A la Valenciana. «Les ha pasado factura el año de gestión en el Consell. Ha sido un gobierno profundamente sectario que ha abierto frentes innecesarios con prepotencia», algo que ve «impropio en una democracia», concluyó la presidenta regional del PP al término de la reunión de la Junta Directiva.