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El PP amplía su ventaja en Elche y el PSOE aguanta

La coalición integrada por Compromís, Podemos y EU se convierte en la gran perjudicada por la abstención

Carlos González, flanqueado por el número uno de los socialistas por Alicante, Julián López, y el número cinco, Carlos Sánchez Heras. sergio ferrández

El PP se erigió en el gran vencedor de la noche en Elche en esta reválida en la que se convirtieron las elecciones de ayer. El Partido Popular no sólo se mantuvo como la fuerza más votada, sino que, además, reforzó su hegemonía con 5.000 votos más, recuperando así parte de los apoyos que en su día se fueron a Ciudadanos. No en vano, la marca de Albert Rivera se dejó respecto a hace seis meses 2.200 papeletas en tierras ilicitanas. El PSOE, por su parte, consiguió mantener el tipo, y porcentualmente se puede decir que ni subió ni bajó, aunque en términos relativos se le escaparon 600 respaldos. Más turbias bajaban las aguas para A la Valenciana, que se destapó como la gran perdedora. La fusión de Podemos y Compromís, lejos de crecer con la suma de EU, se desplomó, con 5.709 papeletas menos que logrado por unos y otros por separado en diciembre. Se convertía así la coalición en la gran damnificada por la abstención, que subió dos puntos y medio, y en la más azotada por el discurso del miedo, junto a C's, aunque la formación naranja, en mucha menor medida. Al final, en Elche se siguió ni más ni menos que la tendencia que en el resto de España, cosa que no pasó ni en la provincia ni en la Comunidad Valenciana: no sólo no hubo sorpasso, sino que el bipartidismo consiguió aguantar el tirón. Sin embargo, en algunos círculos también había quien interpretaba esos algo más de 6.000 papeletas que había perdido la izquierda en sólo seis meses como un castigo a la parálisis de la gestión municipal en Elche.

En lo fundamental, el guión que se escribió en mayo de 2015 y en diciembre se cumplió, aunque con alguna que otra salvedad. El PP continúa como la fuerza más votada, con 15 puntos de ventaja sobre los socialistas. El PSOE retiene la hegemonía de la izquierda, con una diferencia más holgada con A la Valenciana. Si en el mes de diciembre la formación morada y la coalición liderada por Mireia Mollà en Elche se quedaban a un millar de votos respecto a los de Carlos González, ahora, a pesar de contar con los apoyos de EU, esa diferencia se acerca a las 3.000 papeletas. C's, mientras tanto, se conforma una vez más -y ya van tres- con ser la cuarta fuerza política. Se confirma así el giro hacia el centro derecha que se aprecia en Elche consulta tras consulta en los últimos años, al tiempo que se ratifica el poco peso que, hoy por hoy, tienen los ilicitanos dentro de sus respectivas formaciones. Por segunda vez, si se cuenta el 20-D, la ciudad no consigue ni un sólo escaño en la Cámara Baja, algo inaudito desde 1977.

La participación se situó en el 73,55%, dos puntos y medio menos que en diciembre y que hace cuatro años, aunque prácticamente ocho puntos por encima que la cosechada en las últimas municipales. Eso se tradujo en 4.286 abstenciones más, que se unieron a las casi 4.000 personas que ha perdido el censo electoral ilicitano en estos seis meses.

Sea como sea, el PP, con los datos en la mano, recoge 12.500 apoyos más que los logrados en las municipales de mayo de 2015, precisamente cuando los de Mercedes Alonso dejaron escapar la mayoría absoluta, en parte también por una gestión y unas formas muy criticadas durante todo el mandato. Continúa de este modo la dinámica de las últimas consultas: los populares acaban pescando siempre más votos en las generales que en las municipales, aunque con el matiz de que el candidato en esta ocasión, Pablo Ruz, aunque no rasque escaño de momento, es uno de los aspirantes a ser alcaldable en 2019. Es cierto que, con estos números, el PP podría haber ganado algún concejal más que en las locales de hace un año, y también es verdad que ha recuperado parte de los respaldos perdidos en diciembre. No obstante, aún sigue a 22.000 votos de distancia de las generales de 2011.

De hecho, el PP reconquista 5.000 votos, de los que algo más de 2.000 llegan de los que en su día se pudo llevar Ciudadanos. No obstante, la formación liderada en Elche por David Caballero aún retiene 11.000 sufragios más que en mayo del año pasado, lo que, en clave local, se traduce en que buena parte de los que en las locales optaron por Ilicitanos y por el Partido de Elche han seguido decantándose en las generales por la formación naranja.

Mientras, el PSOE amortigua la sangría. Porcentualmente, llega a subir unas décimas con relación al 20-D, aunque en cifras absolutas se deja unos 600 votantes, y unos 1.500 apoyos respecto a mayo de 2015, lo que, extrapolando estas cifras a unas eventuales municipales, le supondría pasar de los ocho regidores que tiene a seis. En cualquier caso, el hecho de que haya conseguido mantener el tirón, amarrando la hegemonía de la izquierda frente a lo que ha pasado en la provincia y en la Comunidad, permite a Carlos González tomar algo de aire. Desde que llegó a la Plaça de Baix, son muchos los equilibrios que ha tenido que hacer, y más ahora, con un Gobierno en minoría. Un hipotético sorpasso sólo habría servido para cuestionar un liderazgo -el de los socialistas- ya de por sí bastante cuestionado.

Más tocados se quedan los de Mireia Mollà en Elche. Pese a la suma de EU en la coalición de Podemos y Compromís, no sólo no se han hecho con el liderazgo en la izquierda, sino que la distancia con el PSOE ha aumentado en cerca de 3.000 votos. Se mantiene la tónica nacional, cierto es, pero también ha pesado que EU y Podemos, hoy por hoy, están descabezados en Elche y que a muchos votantes el nadar entre dos aguas de Compromís en la gestión municipal simple y llanamente les ha decepcionado.

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