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Antonio Montiel: «No estamos cerrados a incorporarnos al Consell si hay objetivos claros»

El líder autonómico de Podemos reconoce que los resultados están «por debajo de las expectativas»

Antonio Montiel: «No estamos cerrados a incorporarnos al Consell si hay objetivos claros»

Ustedes se están planteando la entrada de Podemos en el Consell. ¿Por qué ahora?

Esto no viene de ahora. Siempre hemos tenido un criterio desde el pacto del Botánico, que es que los acuerdos no han de ser en torno a sillones sino a programas. Lo que teníamos en marcha era la ampliación del acuerdo del Botánico antes de las elecciones y lo retrasamos hasta después. Nosotros ya hablábamos de políticas concretas en economía, empleo, infraestructuras, gestión del territorio... y en ese contexto no estamos cerrados incorporarnos más en la gestión del Consell, pero es fundamental tener claro para qué. Si tenemos claros los objetivos y los presupuestos con que contamos y es útil que nos impliquemos, lo consultaremos con nuestras bases. Tenemos 40.000 inscritos en la Comunidad y tendrían que votar. Pero antes hay que hablar de la ampliación del acuerdo y de los presupuestos de 2017.

Al tener Compromís más visibilidad en el Consell, ¿está comiéndole espacio a Podemos?

Somos dos fuerzas complementarias y nos conocemos de lejos. Hemos compartido muchas luchas y siempre hemos sido fuerzas complementarias. No hay una competencia. Creo que pudimos favorecer un acuerdo del Botánico como tercera fuerza y creo que nuestro espacio es propio y puede seguir creciendo. Además tenemos el apoyo de una marca estatal. Compromís no la tiene.

¿Qué gestión está haciendo a su juicio el Consell?

Hay que afinar todavía mucho la gestión del Consell. Cuesta mucho trasladar voluntades políticas a políticas concretas. Es un trabajo de gestión pública que requiere también de usar la administración adecuadamente. Somos la empresa más grande de la Comunidad Valenciana y hay que ser más eficientes. Una administración que estaba mal acostumbrada tras 20 años del PP es difícil ponerla a funcionar, pero hay que afinar y aplicar los recursos son mayor eficiencia, evaluar políticas y mejorar los procesos para que al final el ciudadano sienta que la administración responde a los problemas reales. Además, quizá no se ha transmitido adecuadamente la actividad.

El presidente Ximo Puig pretende relanzar esa gestión. ¿Qué debería hacer?

Hay que emprender acciones decididas que van desde una reforma tributaria que libere a las clases medias y con ingresos mas bajos y aumente la presión fiscal en los tramos más altos. Hay que luchar contra gastos superfluos y renegociar la amortización de la deuda para liberar 2.000 millones para inversiones productivas. Hay además que hacer que el Instituto Valenciano de Finanzas se convierta en un banco público de verdad que dé créditos baratos a emprendedores, y hay que reformar el Servicio Valenciano de Empleo y todo eso al final tiene que ir acompañado de reclamaciones al Estado. El margen de maniobra del gobierno autonómico no se ha agotado.

¿Sigue manteniendo que no está insatisfecho con los resultados de las elecciones?

Está claro que los resultados están por debajo de nuestras expectativas. Esperábamos que se correspondieran con la campaña, que fue muy fresca y con muchos actos de proximidad y vinculada a la gente, y eso nos había transmitido sensación de ilusión. Nosotros no confiamos mucho en las encuestas, pero es cierto que señalaban una tendencia alcista que nos permitía abrigar esperanzas en la Comunidad Valenciana. Los resultados estuvieron por debajo de las expectativas pero tenemos nueve diputados y tres senadores en vez de uno y es un buen resultado.

El problema entonces fueron las expectativas...

Sí. Es que además era un discurso que habíamos interiorizado todos, incluso los medios de comunicación. Sin embargo, PP y PSOE han resistido muy bien a la presión de los nuevos partidos. El PP lo que ha hecho es recuperar carrete y volver atrás en el voto conservador prestado a Ciudadanos con una campaña inteligente en la que han sabido llamar al voto útil.

La unión de A la Valenciana aquí o de Unidos Podemos en el país no ha salido como esperaban.

La confluencia era una buena idea. ¿Cómo se puso en escena y como se materializó? Habría que revisarlo. Pero los resultados son los que son y las personas deciden. No hay que buscar una explicación única.

Visto ahora ¿fue una buena idea ir junto a IU o si hubieran ido solos habría sido peor?

Podemos es una fuerza de dos años y medio de vida mientras que IU tiene 30 años. Ha habido un encaje entre dos discursos, uno más actual que lee los cambios históricos y otro que también se encuentra ante el dilema de leer los cambios pero reivindica su esencia, y eso ha llevado a que en algunos momentos se creara una cierta confusión. Creo que ha afectado a algunos sectores de IU que se han visto confundidos. Luego, la erosión del discurso del miedo político, mediático y empresarial ha hecho que, mientras nosotros construíamos un discurso moderado, inclusivo y de construcción de pueblo, otros nos han presentado como auténticos radicales. Todos eso más el Brexit que ha añadido incertidumbre económica en una población muy sensible ha conducido a que al final se nos han vuelto las expectativas en contra, pero no hay que fustigarse. Repito que en la Comunidad tenemos 9 diputados y 3 senadores.

¿Por qué cree que se ha reactivado el bloque de derechas en España y también en la Comunidad?

La realidad nos ha dado un golpetazo. Hay una ola conservadora muy fuerte en Europa y en el mundo que tiene que ver con las incertidumbres económicas y también terroristas, e incluso planetarias con la sequía y el cambio climático, y estas incertidumbres y las guerras del estado islámico nos llevan a que haya una ola conservadora. Hay una pugna entre las nuevas fórmulas por un mundo mas justo y los viejos esquemas, y muchos ciudadanos se repliegan en valores seguros.

¿Cree que los casos de corrupción no se han reflejado en los votos?

Me temo que la corrupción empieza a estar amortizada. Se da por hecho, lo que es muy triste y erosiona las bases de la sociedad. Además la gente está saturada de la información de corrupción sin consecuencias. Todos el día salen cosas pero no las sentencias. ¿A cuántos han condenado? ¿Cuántos han devuelto el dinero? Hay una media de diez años entre el delito y las consecuencias y la gente se cansa porque no percibe que ocurra nada.

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