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La coalición pierde la sonrisa

La coalición pierde la sonrisa

No hubo fiesta ayer en la plaza 25 de mayo para los miembros de A la Valenciana. Lo que hubo fue decepción; no tanto por los resultados, al fin y al cabo siguen siendo la segunda fuerza más votada en Alicante y en la Comunidad Valenciana, sino porque, no solo no se han cumplido los pronósticos de los sondeos de superar al PSOE, sino que con el ascenso del PP ven más lejos que hace medio año la posibilidad de arrebatar el gobierno a Rajoy. Cuando la número uno de la lista al Congreso por Alicante, Rita Bosaho, llegó pasadas las once a la plaza del Mercado, se encontró con caras de pesar e incredulidad, saludos resignados, algún beso y cada uno para su casa. Ni siquiera hubo las habituales palabras hacia los suyos que no podían ocultar su decepción. Normal, dadas las expectativas que tenían solo tres horas antes cuando aún esperaban que se produjera el famoso «sorpasso» y el conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz, auguraba un gobierno de izquierdas.

Ese optimismo por los resultados hizo que pasadas las ocho de la tarde los miembros de A la Valenciana en Alicante no andaran preocupados por los votos sino por su incapacidad para ponerse de acuerdo ni siquiera en la noche electoral con convocatorias confusas a los medios de comunicación sobre si los principales representantes de la agrupación iban a estar en la plaza del Mercado o en la sede de Compromís de la calle Orense. La mayor parte de candidatos y cargos de la coalición, entre ellos el conseller Manuel Alcaraz y el primer teniente de Alcalde de Alicante, Miguel Ángel Pavón, se congregaron alrededor de una pantalla gigante en la plaza del Mercado. Visiblemente optimista andaba por allí el coordinador de EU, José Antonio Fernández Cabello; la diputada Llum Quiñonero contaba su pelea con la Federación de Hogueras por vestirse de zaragüel en la mascletà, y la ex concejal socialista Carmen Sánchez Brufal justificaba su presencia alegando que «he venido a tomar un café y a ver a estos amigos». Entre tanto, el portavoz municipal Natxo Bellido, y la propia Rita Bosaho se encontraban junto a una docena de personas más en la sede de Compromís pese a que desde EU se había pedido que, en lugar de utilizarse la sede de Compromís, se buscara un lugar neutro que representara a las tres formaciones de A la Valenciana para vivir la noche electoral.

Al final, que unos estuvieran en la plaza y otros en la sede de Compromís haciendo exactamente lo mismo, que era seguir los resultados, quedó en una anécdota ya que, conforme fueron dándose a conocer los resultados, la preocupación y la decepción les hicieron olvidar las dobles convocatorias o los intentos de protagonismo de unos o de otros.

«Aún es pronto», indicaban en la sede conforme iban saliendo los primeros resultados sin que el «sorpasso» apareciera por ninguna parte. «Queda mucho de las ciudades», señalaban al rato. Pero no hubo cambios. Cuando a las diez y cinco de la noche el número dos de Podemos, Iñigo Errejón, admitió en televisión que Unidos Podemos no había obtenido los buenos resultados que esperaban, las caras en la sede de Compromís eran un poema. Poco después comparecía ante los medios Rita Bosaho para confirmar su decepción y, entonces sí, trasladarse a la plaza del Mercado en la que a esa hora ya nadie estaba para fiestas.

Manuel Alcaraz resumía los resultados indicando que: «Hemos venido a un cine de verano pero la película ya la habíamos visto» en alusión a la similitud de los resultado de hace medio año. Natxo Bellido llegaba a ironizar con los resultados indicando que «nos vemos dentro de seis meses otra vez», y Miguel Ángel Pavón era incapaz de entender qué había pasado para que el PP hubiera mejorado sus resultados. Ni siquiera seguir siendo los segundos en Alicante les sirvió de consuelo.

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