Lo que parecía presagiar una noche electoral donde lo mejor que podía ocurrir es que acabara cuanto antes, un funeral anunciado en el que hasta el local elegido para seguir el escrutinio lucía triste pese a que en la sala de abajo sonaba salsa sin parar y a encontrarse frente a la plaza preparada para que el Hércules celebrara una victoria que a esas horas, al cierre de las urnas, todavía era posible, se acabó transformando en una velada de júbilo por el noble arte de poner el foco en lo que interesa dejando fuera de ángulo todo lo demás. Sobre todo si «todo lo demás» es el descenso a los infiernos de una formación que hace apenas seis meses aspiraba a tocar el cielo.
Partiendo de unas expectativas cuyo alcance, en términos de representación parlamentaria, se resumían en un «virgencita, que me quede como estoy», fue confirmar la formación de Rivera que mantenía los dos diputados que obtuvo en la provincia en las elecciones de diciembre y comenzar a embargar a los presentes una sensación de victoria que en nada se correspondía con los datos que iban llegando desde otros puntos del país.
Pese a los más de 15.000 votos que en Alicante se han quedado en el camino respecto a los últimos comicios, en la sede de Ciudadanos se festejaba cada apoyo como si de la presidencia del Gobierno se tratara. A ello contribuyó sin duda el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Elda, Paco Sánchez, que jugó un papel a medio camino entre garganta profunda (por los datos que vía móvil le iban llegando y que después se correspondían con los que arrojaba el recuento) y Pepe Reina en las concentraciones de la Selección. Porque no sólo cantaba los resultados (y el «Alicante tiene tres cosas...») sino que animaba a sus compañeros de partido a festejarlos hasta que les acabaron doliendo las manos de tanto aplaudir y las mejillas de tanto besarse.
No es que los presentes en la sede de Alicante (entre los que se encontraban los de nuevo diputados electos Marta Martín y José Cano, el senador territorial Luis Crisol o el portavoz en el Ayuntamiento de Alicante, José Luis Cifuentes ) no tuvieran ojos para compañeros de otras circunscripciones que, a diferencia de ellos, no han podido salvar los muebles, pero lo que anoche estaba claro en la sede electoral de Ciudadanos en esta ciudad es que lo que importaba era Alicante y que aquí, pese a todo, los datos les permitían sacar pecho.
De lo que se intentó no hablar mucho durante la velada fue del affaire Sepulcre, el gran ausente, junto al embutido y la coca amb tonyina respecto a la noche electoral del 20D.
