Cristóbal Montoro entra en campaña en la Comunidad. El ministro de Hacienda, uno de los miembros del Gobierno más criticados en el Palau de la Generalitat, visitó ayer a Valencia y desbloqueó, por fin, la transferencia de fondos al Consell. Tras participar en un encuentro con empresarios, el titular de las finanzas estatales adelantó que hoy mismo inyectará 991,2 millones a las arcas autonómicas para poder hacer frente a los pagos con los proveedores. El anuncio no es baladí. Se produjo a solo cuatro días de la cita con las urnas del domingo y en plena expectación por si «A la Valenciana» -la marca de Unidos Podemos en la Comunidad- es capaz de rebasar al PP el 26J en la autonomía, tal y como auguran los sondeos.

Consciente de que las comarcas valencianas han sido un granero fundamental de votos para los populares, Montoro pisó ayer Valencia. Quiso contrarrestar así el auge de la izquierda y, de paso, aplacar a los empresarios. ¿Por qué? Porque ellos son los grandes damnificados de la guerra abierta que mantienen desde hace un año la Generalitat y el Gobierno. La asfixia a la que ha sometido el Ejecutivo central al Consell, con inyecciones económicas del rescate sensiblemente inferiores a las de la era Fabra, ha provocado que el Ejecutivo de Ximo Puig pague hoy a los proveedores en un plazo de 73 días. O, lo que es lo mismo, 13 días más de lo que marca la ley. Ese desfase ha provocado, incluso, que Madrid haya remitido un escrito a la Comunidad en el que amenaza con intervenir las cuentas si no se regularizan los pagos. Es el cuento de nunca acabar. Si Montoro no transfiere dinero, esa cifra no se podrá reducir.

Las tensiones de tesorería de la Generalitat son de tal calibre que el conseller de Hacienda, Vicent Soler, ha tenido que pedir al Gobierno central un adelanto de 450 millones a cuenta de la liquidación de 2014 -siempre se resuelve dos años después-. ¿Y qué le han contestado? Que no.

El ministro abordó ayer ésta y otras muchas cuestiones en su visita a Valencia. Lo primero que dio a conocer es que hoy mismo se abonarán 991,2 millones del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Y en las próximas semanas se transferirán otros 448 millones para hacer frente a facturas. El ministro fue más allá. En vísperas del 26J señaló que la Comunidad recibirá en julio otros 952 millones gracias a la liquidación positiva de 2014, esa de la que el Consell reclamaba un anticipo. Lluvia de millones.

Pero, ¿cómo justificó Montoro el retraso a la hora de enviar el dinero del rescate? No sólo negó cualquier retraso, sino que culpó al Consell de no haber recibido antes los fondos por no haber enviado las facturas de manera correcta. «No tiene ninguna razón para la queja pública sobre el FLA porque si no se ha pagado antes es porque no se ha presentado el plan de ajuste en tiempo y forma y no se cumplía el requisito de incorporar las facturas en el registro», zanjó.

El ministro elevó el tono contra la administración valenciana, afirmó que es ella la que «no está cumpliendo», dijo que el Ministerio «está deseando pagar» e insistió en que Madrid «no está pidiendo recortes» a la Comunidad. Acto seguido justificó el porqué de la negativa a adelantar los 450 millones de la liquidación: «No está suficientemente justificado. Además, no se han podido pagar más de 400 millones a proveedores porque la Generalitat no envía las facturas correctamente. ¿Qué sentido tiene que pidan un anticipo? ¿Cómo lo van a justificar».

Montoro tenía otra pregunta obligada: para cuándo la revisión del sistema de financiación autonómica, ese que priva a la Comunidad cerca de 1.300 millones anuales. La fecha que dio el ministro fue tras el 26J. «Es una de las grandes reformas que deberíamos hacer juntos después del domingo», señaló, a la vez que admitió la infrafinanciación de la Generalitat. Sin embargo, excusó toda culpa del Gobierno en el retraso en la revisión del sistema, pese a que el nuevo tendría que haber entrado en vigor en 2014.