Lo que no ha podido unir el hombre... que lo una la fiesta. La cuarta mascletà oficial de Hogueras escenificó ayer en Luceros la buena sintonía que existe entre A la Valenciana -la marca de Unidos Podemos en la Comunidad- y el PSOE. Ambos están condenados a entenderse si quieren desalojar a Rajoy de La Moncloa. Tras el 20D no lo lograron. Y ahora, con el 26J a la vuelta de la esquina, evidencian gestos que delatan justo lo contrario. Sólo hay que ver el «buen rollo» que destilaron ayer el cabeza de lista de la coalición por Valencia, Joan Baldoví, con su homólogo del PSOE por Alicante, Julián López Milla.

Ambos departieron amigablemente, sonrieron, hablaron incluso de financiación autonómica -pura deformación profesional- y coincidieron en un aspecto: en que acabe ya la campaña. Normal. Bajo un sol abrasador y en pleno solsticio de verano -el día en el que el sol alcanza su máxima altura angular de todo el año en el momento de su culminación-, el sudor que reflejaba la cara de ambos denotaba también su cansancio.

Baldoví no sólo habló con López Milla, quien por cierto no dio codazos para salir en la foto. También entabló conversación, en el mismo tono de cordialidad, con el Molt Honorable Ximo Puig. El jefe del Consell se estrenó ayer en las Hogueras, aunque se pasó casi más tiempo atendiendo a los periodistas que charlando con sus colegas políticos. Incluso realizó una entrevista cuanto menos peculiar. A los pocos minutos de concluir la mascletà, una televisión comenzó a hacerle preguntas a escasos metros de uno de los potentes altavoces que imposibilitan cualquier cruce de palabras. Así fue. Puig casi no se enteró de nada.

Por lo demás, pocas sorpresas. Aunque sí que hubo una llamativa. La número dos del PP al Senado por Alicante, Asunción Sánchez Zaplana, se ausentó ayer de la zona reservada de autoridades. Ahora bien, sí siguió el espectáculo pitorécnico en directo desde otro lugar de la plaza, tal y como mostró en su cuenta de Twitter. Fue su primera falta.

Ahora, los líderes indiscutibles en presencias son dos. Por un lado, el edil socialista Carlos Giménez, al que se ve francamente cómodo haciendo y deshaciendo a su antojo en Luceros. El segundo de los clásicos es el concejal de C's Juan Francisco Escudero. Quien le ha visto y quien le ve. Si el primer día apareció en bermudas, ayer fue hasta en americana. Todo un artista.

P.D. Ni Puig, ni Baldoví. Los focos mediáticos se los llevó ayer el portavoz municipal de C's, José Luis Cifuentes. Pese al «escándalo Sepulcre», él no se escondió. Dio la cara y no se mordió la lengua. Se nota que es nuevo en política. Todo lo contrario que Ángel Franco, que siguió la mascletà desde fuera del recinto acotado.