El vicealcalde de Alicante, Miguel Ángel Pavón, habitualmente tan comedido y controlado, disfrutó ayer de lo lindo y lo demostró. Desde la primera fila grito, coreó, aplaudió y no dejó de sonreír durante todo el mitin y especialmente cuando intervino el líder de su partido, Alberto Garzón, pero también cuando le tocó el turno a la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, «la que mejor ha hablado», tal como señaló el portavoz municipal, también de Compromís, Natxo Bellido. Como Pavón y Bellido, las alrededor de 6.000 personas que, según los organizadores, y puede que fuera cierto, acudieron al parque Lo Morant, no pararon de jalear y aplaudir a sus líderes en el mitin central de campaña en Alicante de «A la Valenciana», la unión de Podemos, IU y Compromís para estas elecciones; una unión que parece haberles dado muy buenos resultados a tenor de los sondeos, y que puede darle un susto no sólo al PSOE sino también al PP.

Con espíritu de ganadores y aparente complicidad se presentaron ayer en Alicante Alberto Garzón y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en uno de los pocos actos de campaña en los que van a estar juntos, además de Mónica Oltra, logrando entusiasmar en algunos momentos a sus seguidores. Los representantes de los tres partidos escenificaron su unidad intentando, con indicaciones desde la organización, evitar los símbolos particulares de cada partido al menos frente a las cámaras de las televisiones nacionales. No así en el parque donde cada grupo instaló un par de horas antes del inicio del acto sus puestos de venta de camisetas, abanicos, pulseras, banderas, y hasta magdalenas, mientras Radio Futura por la megafonía cantaba su «Escuela de Calor» y Miguel Ríos daba la «Bienvenida» a los alicantinos que desde toda la provincia acudieron al mitin.

En primera fila frente al escenario, concejales de IU, de Podemos y de Compromís, diputados y los conselleres Rafael Climent y Manuel Alcaraz, se deshicieron en saludos y abrazos como si siempre hubieran pertenecido al mismo partido; se tomaron decenas de fotos y selfies y se unieron a la marea de color que pusieron las camisetas amarillas, rojas y moradas de los voluntarios, los globos morados, las banderas republicanas y las multicolores sombrillas de papel que la organización distribuyó entre los asistentes para contrarrestar la solana y aliviar la espera .

Casi a las siete y media de la tarde llegaban al escenario central los nueve representantes de los tres partidos que intervinieron en el mitin. «¿Nueve?», comentaba alarmado un simpatizante de Podemos, «no llego a ver ni el segundo tiempo del fútbol». Al final sí que llegaría porque Rita Bosaho, Ignasi Candela, Ángela Ballester, Antonio Montiel y Joan Baldoví, entre otros, como buenos teloneros, caldearon el ambiente para las tres estrellas del acto, pero apenas se extendieron durante cinco minutos cada uno hasta que entre gritos de «a la valenciana» y «sí se puede» cogió el micro Pablo Iglesias, a tiempo de entrar en todos los informativos de las cadenas de televisión, para insistir en que la coalición de izquierdas es el único voto útil frente al PP e incidir en la «generosidad» de Alberto Garzón en el acuerdo con Podemos. El líder de IU, por su parte, habló del miedo del PP «que está aterrorizado porque estamos a tres puntos por debajo de ellos y el día 26 estaremos 3 puntos por encima» y, al igual que Iglesias, aludió a la corrupción y al «desastroso» gobierno del Rajoy y fue muy aplaudido cuando habló de «los socialistas que quieren pactar con el PP». Pero fue Mónica Oltra la que con su naturalidad, y lanzando constantemente preguntas desde el escenario, se metió a los asistentes en el bolsillo, y eso que hizo toda su intervención en valenciano excepto cuando dirigió unas palabras directamente al líder del PSOE, Pedro Sánchez, «que no quisiste una candidatura al Senado conjunta para ganar al PP. Pues lo vamos a tener que hacer a la valenciana. Aquí está la gente que no ha renunciado a ganar al PP y que no se retracta cuando dice que el PP es ruin, corrupto y amarga la vida a la gente». Y claro, aplausos y cánticos de la gente y un «viva la madre que te parió» dirigida a Oltra por una seguidora.

Sobre las nueve acababa el mitin dando tiempo a los aficionados futboleros a ver el partido entre España y Turquía. Entre ellos a Pablo Iglesias quien, tras el acto, optó por seguir el encuentro por televisión en un restaurante japonés de Alicante acompañado de sus colaboradores. ¿Quién dijo que a los de izquierdas no les gusta el fútbol?