No fue como el acto de la Fonteta del pasado mes de diciembre, ni mucho menos. El mítin central de la coalición «A la Valenciana» en la provincia de Valencia no «reventó» ayer el pabellón municipal del Cabanyal, a pesar de que cerca de 3.000 asistentes ocuparon las gradas. Tal vez fuera por la hora, por las temperaturas que invitaban más a un paseo por la playa que a escuchar un discurso político en un ambiente cerrado (aunque tampoco tuvo mucha afluencia de público el mítin de Ciudadanos en las Torres de Serranos), porque las campañas no son para el verano o por la ausencia de Pablo Iglesias, lo cierto es que los seguidores de Compromís, Podemos y Esquerra Unida no consiguieron esta vez darle la espectacular acogida a los candidatos que tuvieron en la anterior ocasión.

Números aparte, los asistentes al acto de ayer ovacionaron con ahínco las palabras de los intervinientes, entre ellos, Íñigo Errejón. El secretario de Políticas de Podemos mandó varios mensajes, tanto a los seguidores convencidos de la coalición como a los que están por convencer. «Sé de muchos socialistas de corazón que no reconocen su partido cuando ven a sus líderes insultando a Podemos. Que no se equivoquen, nosotros no somos el adversario. El enemigo es otro, se llama PP y Mariano Rajoy», proclamó Errejón.

El dirigente, quien habló en un valenciano perfecto durante buena parte de su intervención, añadió que «va a ser un gozo poder ganar al PP aquí. Antes "a la valenciana" era sinónimo de corrupción, barracones, maltrato a la lengua y a la cultura, sinvergonzería y despilfarro. Ahora significa dignidad, transparencia, instituciones al servicio de todos y cambio político».

Por su parte, Mónica Oltra, encargada de cerrar el acto (que terminó pasadas las dos del mediodía), aseguró que el 26J «es como una segunda vuelta de las elecciones». «Es importante rematar el trabajo que comenzamos hace un año, no lo podemos dejar a medias», añadió. La líder de Compromís aprovechó para sacar pecho de las políticas aprobadas durante un año de gobierno del Pacto del Botánico. «La gente tenía que elegir entre comer o medicarse, y eso ya no pasa», indicó. También puso de relieve la reivindicación de una financiación justa.