El sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) vuelve a conceder la victoria al PP en la repetición de las elecciones generales tanto en la provincia como en la Comunidad. Los populares, pese a los escándalos de corrupción que les han afectado en los últimos seis meses, resisten como primera fuerza con A la Valenciana, coalición que comparten Compromís, Podemos y EU como principal perseguidor. Repetirían en la segunda posición dentro de un escenario en el que, a 17 días de la cita con las urnas, todavía uno de cada tres electores tiene pendiente de decidir el sentido de su voto. Es una bolsa tan grande que no sólo distorsiona el resultado de un sondeo con tantas muestras como el del CIS -nada menos que 17.500 entrevistas- sino que, además, deja abierta la posibilidad de que se pueda producir algún movimiento de escaños tanto en Valencia como en Alicante. Son dos de las circunscripciones en las que más diputados se reparten y que más interés generan entre los grandes líderes político como señal evidente de que hay algo en juego.

En cualquier caso, el escenario que traza el estudio demoscópico es casi de tablero fijo entre las cuatro principales formaciones que concurren a estos comicios. Pocos movimientos en el mapa electoral de la Comunidad y ninguno en la provincia, donde el reparto sería calcado al de diciembre: cuatro diputados para el PP, tres para A la Valenciana y los socialistas y, finalmente, dos para Ciudadanos. Los populares ganarían el escaño extra con el que se premiará a la primera fuerza en la circunscripción de Valencia -suma uno en estos comicios por población- pero a la vez podrían perder otro en Castellón. En Alicante mantendrían esos cuatro. Lo comido por lo servido. Podrían alcanzar entre 11 y 12 escaños -los mismos que en diciembre o uno más- pero la mitad de los que cosecharon en las elecciones de 2012 que llevaron a Mariano Rajoy hacia la Moncloa. Los problemas que sufren no pasarían demasiada factura al PP que, con un resultado como el que les augura el CIS, tendrían el camino despejado para refrendar el liderazgo de Isabel Bonig en el próximo congreso regional.

A los populares les sigue de cerca la coalición A la Valenciana, que cosecharía, de acuerdo, con el sondeo entre 9 y 10 escaños, los mismos o uno más que el 20-D. La alianza entre Compromís y Podemos a la que ahora se suma EU ganaría terreno -más de medio punto de intención de voto en toda España y alrededor de cinco con una extrapolación de datos en la Comunidad-, podría lograr un escaño más en Castellón y es la única opción política que estaría en condiciones de disputarle la supremacía al PP, como adelantó este periódico. Pero, además, los dirigentes de los tres partidos que conforman este frente de izquierdas y valencianista se aferran a dos elementos para mostrarse convencidos de que todavía van a mejorar más en la campaña. Aseguran, en primer lugar, que, tradicionalmente, Compromís y Podemos crecen durante los quince días previos a la cita electoral. Y segundo, junto a los liderazgos de Pablo Iglesias y Mónica Oltra, apuntan el refuerzo que supone contar con Alberto Garzón y, en el caso de la Comunidad, el crecimiento de Joan Baldoví, líder parlamentario de Compromís. Son el primer y el tercer político más valorado de toda España, de acuerdo con el CIS.

La vicepresidenta del Consell y líder de Compromís, Mónica Oltra, ratificó que la coalición que lidera sale a estas elecciones generales a ser «primera fuerza política» en la Comunidad Valenciana para poder formar gobierno después del 26-J. Oltra aseguró que las expectativas electorales de la alianza son «buenas». «Tenemos muy buenas vibraciones, porque la gente está ilusionada, movilizada y contenta, como ya se ha visto en los actos de la precampaña», apuntó la número dos del Consell que vestida de naranja y con una chaqueta morada como ejemplo del mestizaje de la coalición, explicó que trabajarán para que el 26 de junio se llenen las urnas, A la Valenciana sea la primera fuerza política y logre una mayoría social que se traduzca en el parlamento.

Frente al avance del frente de izquierdas, en este arranque de campaña, los socialistas, aferrados al alto número de indecisos para asegurar que de momento aún hay partido por delante, resistirían en la Comunidad mejor que en el resto de España, de acuerdo al sondeo del CIS, aunque continuarían relegados a la tercera posición. Podrían retener los siete parlamentarios que lograron hace seis meses a pesar de que hay coincidencia en que, como mínimo, uno en Alicante y otro en Valencia, están en el alero. Al respecto, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, subrayó que «las encuestas son solo encuestas» y que representan únicamente «la foto fija de un momento determinado». En este sentido, consideró que la mayoría de los votantes deciden su papeleta electoral «en los últimos días» y que, por tanto, «no se pueden anticipar resultados» a dos semanas de que se celebren los comicios.

También taponaría Ciudadanos la fuga de votos hacia si derecha con un resultado similar al del 20-D que le permitiría aguantar con cinco parlamentarios, dos de ellos en Alicante que se mantendría como el principal granero de los de Albert Rivera. Un problema grave: el proyecto se estanca y no sube en el momento en el que el PP ofrece más debilidad. Una dificultad para intentar crecer en el futuro.