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Un socialismo rural

El PSOE sólo consigue ser la formación más votada en 6 de los 140 municipios alicantinos

Un socialismo rural antonio amorós

Xixona (7.226 habitantes), San Isidro (1.891), Benidoleig (1.189), Orxeta (875), La Torre de les Maçanes (743) y la Vall d'Ebo (254). Estos son los únicos seis municipios de la provincia, del total de 140, que logró conquistar el PSOE en las elecciones generales del 20-D. Las seis localidades, distribuidas por las comarcas de la Marina Alta y Baixa, la Vega Baja y l'Alacantí, subrayan el carácter rural del actual PSOE, incapaz de conseguir la victoria en grandes municipios pese a los cuatro años de recortes del PP al frente del Gobierno central. De hecho, las siglas del partido del puño y la rosa no aparecen destacadas entre los resultados electorales en los municipios de más de 20.000 habitantes de la provincia. Pese a gobernar en la actualidad en buena parte de esas medianas y grandes ciudades de la provincia, el electorado decidió dar la espalda a los socialistas en estas elecciones generales. De los principales 26 municipios de la provincia por número de habitantes, en un total de 24 se impuso el PP y en los otros dos salió victoriosa la coalición electoral Compromís-Podemos.

En la sede de Blanqueries preocupa especialmente el resultado obtenido en los referentes de la provincia, como Alicante y Elche. En la capital de la provincia, pese a que el PSOE gobierna en tripartito con EU (Guanyar) y Compromís, el desenlace de la noche del pasado domingo rozó el batacazo, ya que Ciudadanos estuvo a sólo 162 votos de pasar a los socialistas y de dejarlos como cuarta fuerza política. A más de 5.000 votos de distancia, en segunda posición, se situó Compromís y Podemos, mientras los populares, con 55.562 votos, se impusieron en la capital. Los socialistas en la ciudad de Alicante se quedaron en el 19%, mientras que a nivel provincial alcanzaron el 20,9%, sin sobrepasar esa barrera psicológica del 20%.

Fuentes de la Ejecutiva del PSPV admiten la sorpresa por el escrutinio en la ciudad de Alicante, ya que los cálculos internos pasaban por un varapalo en la capital de la Comunidad (por el peso de Compromís en Valencia, gobernada por Joan Ribó), que fuera compensado por unos datos más optimistas en las otras grandes ciudades de la Comunidad. La realidad no fue así. El batacazo en Valencia se confirmó, pero Alicante no ayudó en nada. Tampoco echó una mano Elche, la tercera ciudad de la Comunidad, donde la coalición Compromís-Podemos pisó los talones al PSOE. Ambos partidos, junto al apoyo de una formación local, gobiernan el Ayuntamiento desde el mes de junio.

La realidad que deparó las urnas en la noche electoral, más allá de la sorpresa inicial y de la preocupación actual, ha llevado a los dirigentes socialistas en fijar su objetivo para cambiar la tendencia: redoblar los esfuerzos para recuperar el apoyo en las grandes ciudades. Ganar en seis pequeños municipios da para reflexionar.

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