Ya nadie cree, a pesar de las dudas entre algunos dirigentes, que Isabel Bonig será ratificada en el próximo congreso regional del PP después de que, en su momento, fuera elegida «a dedo» para relevar a Alberto Fabra. El resultado de los populares valencianos el 20D se convirtió en un balón de oxígeno: por encima del 30%, superando la media del PP en España, manteniéndose como primera fuerza y dejando muy lejos a Ciudadanos, la formación que intentó disputar el espacio de la derecha al PP y que se quedó, sin embargo, como cuarta en la Comunidad. Con esos resultados, desde luego, Bonig, que reunirá mañana a su comité ejecutivo antes de la Navidad, tiene margen para diseñar un equipo y empezar a trabajar de cara a los comicios autonómicos de 2019.
Ahora bien, en la comparación con otros referentes territoriales del PP no sale tan bien parada. De hecho, se queda por debajo del porcentaje de voto logrado por pesos pesados como Monago (34,8); Alberto Núñez Feijóo (37,1%); Esperanza Aguirre (33,5%); Dolores de Cospedal (38,2%); José Vicente Herrera (39,2%) o Ramón Luis Valcárcel (40,4%). Bonig empata en porcentaje de voto con la responsable del PP de Aragón, Maria Fernanda Rudi, y discuten el décimo puesto en el ranking de las organizaciones territoriales. Ambas superan al nuevo líde de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que se queda en un 29,1% si bien es quien más aporta a Rajoy (1.292.652 votos).
De los resultados del PP en el conjunto de la Comunidad, sin duda, destacan los de Alicante, lo que desató ayer las especulaciones en el PP sobre el futuro del presidente provincial, José Císcar, a sabiendas de que el titular de la Diputación, César Sánchez, es el líder natural de los populares alicantinos. Cargos del PP ven a Císcar en un puesto de relevancia en Madrid si Rajoy logra formar gobierno.
