El terremoto político que se produjo en España registró, si cabe, un mayor impacto en la Comunidad Valenciana y en Alicante. El PP aguantó el tipo como primera fuerza política autonómica y provincial. Pero registró, eso sí, un mayor desgaste que en el resto de España: los populares perdieron nueve de sus veinte diputados en la Comunidad y se dejaron cuatro de los ocho que tuvieron en Alicante durante la última legislatura.

Así que el PP, en las primeras elecciones de Isabel Bonig al mando de la formación tras la marcha de Alberto Fabra, logra tomarse un respiro para intentar reorganizarse de cara a las elecciones municipales y autonómicas además de contener a Ciudadanos, que no se acercó ni de lejos a sus propias expectativas.

Para los socialistas valencianos, la otra gran fuerza del bipartidismo desde la transición, sin embargo, los comicios significan el punto y final de una etapa: Compromís-Podemos le dio el «sorpasso» y asume el liderago de la izquierda frente al PSPV que, por primera vez en su historia, deja de ser la gran referencia de los votantes progresistas con un retroceso que le dejó, incluso, por debajo del 20% de los votos y como tercera fuerza.