Los partidos políticos han apostado fuerte por Alicante. Más que nunca. La provincia se ha convertido en el epicentro de la campaña más mediática y los líderes nacionales de las cinco grandes fuerzas políticas españolas -PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos y Unidad Popular-IU- se han dejado ver durante las últimas semanas por tierras alicantinas. Y no sólo en los 15 días previos al 20-D, que también. Además han pisado la provincia durante la precampaña.
El día grande fue el viernes 11 de diciembre. Es decir, el segundo viernes de campaña. Esa tarde coincidieron en Alicante el presidente del Gobierno y candidato del PP, Mariano Rajoy; el líder y aspirante de Ciudadanos, Albert Rivera; y el secretario general y candidato de Podemos, Pablo Iglesias. Y los tres se dieron un baño de masas. Justo igual que Pedro Sánchez, que este pasado miércoles estuvo en el Mercado Central de la capital y en Elche, y recibió una inyección de moral ciudadana.
Un motivo explica esa apuesta decidida por la provincia. A diferencia de otras regiones españolas, las últimas elecciones municipales constataron que los 1,2 millones de alicantinos con derecho a voto contribuyeron de manera notable al auge de Ciudadanos y Podemos. Este último, por cierto, concurre ahora a las generales con Compromís, otro de los grandes vencedores del 24-M. Y, según todas las encuestas, ambos podrían ser decisivos en la jornada de hoy.
Los datos de C's, por su parte, fueron del todo inesperados. Lograron seis concejales en la capital y convirtieron la provincia en un fortín. Y todo, por la debacle del PP, que cedió la alcaldía en grandes municipios como Alicante, Elche o Torrevieja, entre otros. Los populares, conscientes de su varapalo, han decidido echar el resto ahora para tratar de convencer al cerca de 40% de indecisos con el fin de recuperar parte del terreno perdido.
Partido Popular
El objetivo del PP ha sido evidente. Convencer a sus «desertores», iniciar la remontada tras el fiasco de Alberto Fabra en las autonómicas y, de paso, fidelizar a sus votantes. La primera vez que Rajoy pisó tierras alicantinas en las semanas previas a las elecciones fue el sábado 24 de octubre, ya en la precampaña. Primero visitó Finestrat, en la Marina Baixa. Recorrió las empinadas calles de la localidad, se dio un baño de masas entre la población y dejó muy claro cómo iba a discurrir su carrera para revalidar la Presidencia del Gobierno: a pie de calle y en contacto directo con la ciudadanía. Ese día cocinó un arroz con las amas de casa, charló amigablemente con los vecinos y se hizo selfies con todo aquel que se lo pidió. Ahora bien, pasó de puntillas por las principales reivindicaciones de la Comunidad y no hizo ni una sola mención al agravio de la financiación autonómica, convertido hoy en uno de los grandes males que aquejan al Consell.
Lo mejor para Rajoy estaba por venir. Acto seguido se desplazó a Calp, donde disfrutó de un multitudinario recibimiento a cargo de los festeros, que se encontraban celebrando de lleno las fiestas de Moros y Cristianos.
El presidente también quiso echar el resto en campaña. El 11 de diciembre ofreció un mitin en Orihuela y cargó con dureza contra las tres fuerzas que pueden plantarle cara mañana. Una de ellas, el PSOE.
Partido Socialista
Pedro Sánchez también marcó de rojo en su agenda la provincia. Tanto, que se ha dejado ver en dos ocasiones durante las últimas semanas. La primera fue el 25 de octubre, sólo un día después de que Rajoy estuviera en Finestrat y Calp. El líder del PSOE acudió a la Universidad de Alicante para clausurar un acto de las Juventudes Socialistas e inició su intervención haciendo un guiño a la Comunidad: mejorará de una vez por todas la financiación autonómica y acabará con el expolio que sufren las arcas del Consell desde hace décadas.
Sánchez también estuvo en la provincia durante la campaña. Fue este pasado miércoles, con un recorrido por el Mercado Central de Alicante y con un mitin en el Parque Municipal de Elche. El líder del PSOE ha sido, de hecho, el único que ha pisado la ciudad ilicitana en las dos semanas previas al 20-D. En esos actos, el dirigente socialista aprovechó su estancia en la provincia para prometer de nuevo una mejora en el sistema de reparto de fondos, amén de arremeter contra el PP y los casos de corrupción que le han salpicado. «A de Arístegui, B de Bárcenas, C de Camps, D de De la Serna, E de Esperanza Aguirre... No quedan letras en el abecedario para definir su corrupción», zanjó, en una frase de la que se hicieron eco todos los medios nacionales.
Ciudadanos
La pujanza de Ciudadanos a nivel nacional está más que consolidada en la provincia. Por lo menos, eso revelan los resultados electorales del 24-M y las distintas encuestas que manejan los propios partidos. Consciente de ese tirón, el presidente de la formación naranja, Albert Rivera, también se ha dejado ver esta campaña en Alicante. Fue en la capital el pasado 11 de diciembre. El escenario escogido fue el Colegio de Médicos. Hasta allí se desplazaron alrededor de un millar de personas. Muchas de ellas, de hecho, tuvieron que seguir el mitin a través de pantallas de televisión, dado que el aforo del recinto se completó bastantes minutos antes de que el reloj marcara las 19.00, la hora prevista para el inicio del acto. Rivera se erigió como la única alternativa al bipartidismo e insistió en su idea de cerrar las diputaciones y acabar con los privilegios de los políticos.
Compromís-Podemos
A la misma hora que Rivera elevaba la moral entre sus tropas, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, desató la ilusión entre las suyas. En un ambiente claramente festivo, y acompañado por vez primera por Mónica Oltra, Iglesias también se postuló como la alternativa a PP y PSOE. Lo hizo en el Centro de Tecnificación de Alicante en un ambiente que recordó a las mejores épocas del Lucentum de Trifón Poch. El pabellón se quedó pequeño. El candidato de Podemos afeó la corrupción del PP y puso a Oltra como ejemplo a seguir.
Unitat Popular-IU
El quinto líder nacional que ha pisado Alicante es Alberto Garzón. El candidato de Unidad Popular-IU también cargó con dureza contra el PP durante su mitin y se cebó con los casos de corrupción que han afectado a sus dirigentes. «España está gobernada por ladrones», proclamó ante unas 2.000 personas en el pabellón de Florida-Babel.
