Su fuerte es la experiencia. Sin embargo, a juicio de los expertos en comunicación, el presidente y candidato a revalidar su puesto tiene grandes carencias en otros ámbitos relacionados con su gesticulación, lo que los expertos llaman comunicación no verbal. A juicio de Sonia El Hakim, «Rajoy tiene algunas dificultades en cuanto a la comunicación porque necesita apartar mucho la mirada de su interlocutor cuando habla para concentrarse y eso puede reflejar una cierta inseguridad o timidez». La experta considera que lo normal es mirar a nuestro interlocutor un 80% del tiempo cuando escuchamos y un 60% cuando hablamos, pero el presidente lo hace mucho menos y tiende además a bajar la mirada, lo que le resta autoridad y confianza. Además, Rajoy suele inclinar el mentón hacia abajo con frecuencia, otro gesto que da la sensación de falta de seguridad e introversión. En ocasiones también muestra con claridad los nervios como ocurrió el lunes con el temblor de sus piernas o el aumento de los tics en sus ojos.

Una cuestión que suelen analizar los expertos es la sonrisa. Según un estudio de la Universidad de York de 2014, la percepción de la accesibilidad de un persona depende en gran medida de la amplitud de su sonrisa, tal como refleja El Hakim en su blog. Mariano Rajoy sonríe poco, lo que puede pasarle factura. Además utiliza poco las manos para gesticular y, cuando lo hace, parece forzado al mover una mano y luego la otra, una alternancia que, a juicio de la analista, resulta artificial y resta naturalidad al candidato.

Introvertido, serio y aparentemente inseguro, en un estudio del Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político de la Universidad Camilo José Cela, 50 expertos en comunicación política otorgan a Rajoy, con un 4,5, la puntuación más baja con respecto al resto de candidatos en cuando a cercanía, comunicación, credibilidad, honestidad, imagen y liderazgo, aunque le dan la máxima en experiencia.