También Alberto Garzón es un buen comunicador a juicio de la analista en comunicación no verbal Sonia El Hakim quien, con todo, cree que «en los mítines acartona un poquito el discurso y en ocasiones su ritmo recuerda a un sermón». Por contra, considera que «cuando habla en las entrevistas lo hace muy bien y tiene una gestualidad muy correcta. No abusa de los gestos, aunque en alguna ocasión ha mostrado algún gesto de incomodidad como una microdisimulación de la mano izquierda, es decir, cuando escondemos la mano, lo que casi siempre significa que escondemos nuestro yo y lo hacemos en situaciones en que estamos incómodos o tenemos timidez, algo que no sólo he visto en Garzón, sino también por ejemplo en Pedro Sánchez.

Para analizar la gestualidad del candidato, cuya desventaja en las encuestas le ha pasado factura en horas de televisión, El Hakim se ha fijado en su primer mitin de campaña tal como refleja en su blog «Sus gestos les delatan». La experta cree que en dicho mitin se evidenció que el candidato estaba leyendo y actuando y que se echaba de menos la espontaneidad y la frescura en la voz. En otro momento de su mitin, cuando Garzón aludió a la transformación de la sociedad «su lengua sale por la izquierda y se desplaza hasta el centro», un movimiento que, a juicio de la experta, está unido al deseo, el que Garzón tiene de que su proyecto triunfe. Posteriormente, sin embargo, el candidato se rasca la nariz desplazando el dedo de un lado a otro, un micropicor que en general refleja duda o mentira, es decir una diferencia entre los deseos y su expresión, lo que evidenciaría que Garzón, al menos en su primer mitin, no estaba muy convencido de que el cambio en España vaya a llegar de manos de su partido dadas sus malas espectativas en las encuestas.

Su perfil no ha sido, por otra parte, incluido en el estudio de la Universidad Camilo José Cela de medio centenar de analistas.