«¡Guapo, ven "pa ca"», le grita una mujer que al final consigue un beso y una foto con él. ¡Peeedrooo! le chillan por todos lados. «Sólo una foto, presidente», le pide una joven... Durante tres cuartos de hora al candidato socialista Pedro Sánchez Pedro Sánchez se lo comieron ayer a besos y a halagos, «pero que guapo eres criatura...», se hizo mil fotos y se dejó achuchar por decenas de simpatizantes, como una señora que acabó llorando de emoción tras saludarle «porque en mi casa somos socialistas de toda la vida».

En volandas y a empujones de su gente y de algún que otro curioso que también quiso fotografiarse con el candidato, logró llegar pasada la una y media del mediodía, procedente del aeropuerto, a la plaza 25 de mayo junto al presidente de la Generalitat, Ximo Puig; al alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y a la consellera de Sanidad, Carmen Montón. Luciendo su palmito de jugador de baloncesto y con una sonrisa perenne, Pedro Sánchez se dejó querer por los centenares de militantes y simpatizantes socialistas que lo arroparon en el mitin a pie de calle que ofreció en la plaza y durante el cual fue constantemente interrumpido y jaleado, sobre todo al recordar su debate con Rajoy del lunes cuando le dijo que no era una persona decente.

Sánchez se reafirmó ayer en sus acusaciones al presidente del gobierno pese a las críticas que ha recibido por su agresividad, unas críticas que, por lo que se vio ayer en Alicante, no comparten muchos de los simpatizantes y militantes del PSOE que no dudaban en interrumpir a Sánchez cuando hablaba para pedirle que siguiera «metiendo caña», lanzando frases del tipo, «más duro tenías que haber sido» y aplaudiendo cuando su líder lanzaba frases del tipo «Rajoy está incómodo porque la verdad duele» o «a la única persona a la que ha salvado Rajoy es a Rodrigo Rato y a Bankia».

Un cuarto de hora duró el mitin exprés que Pedro Sánchez ofreció en la plaza 25 de mayo, bastante más en cualquier caso que sus antecesores en el turno de palabra, Echávarri y Puig. Su posterior cita en Elche y luego en Murcia hizo que la presencia de Sánchez en Alicante se limitara teóricamente a un acto en la calle que, sin embargo, se alargó tres cuartos de hora más mientras el candidato complacía a todo aquel que intentaba saludarlo o hacerle una foto. «La gente se ha animado y esperamos buenos resultados», indicaba el secretario provincial del PSOE, David Cerdán, mientras los simpatizantes intentaban acercarse al líder. Y es que los socialistas se mostraban ayer esperanzados de vencer al PP.

Con sus asesores y el equipo de campaña que acompaña a Sánchez de los nervios por los apretones y la hora, el candidato saludó a decenas de simpatizantes en la propia plaza después del mitin y posteriormente recorrió la primera planta del Mercado Central que retrasó su hora de cierre por la presencia del candidato que saludó a algunos de los comerciantes, unos preparados por el equipo de Sánchez y otros no, y se dio un baño de masas. «No le va a dar tiempo a comer» indicaba un miembro de su equipo mientras otro se encogía de brazos, «menos mal que quedan cuatro días».

El que no se despegó de Sánchez durante el recorrido por el mercado fue el alcalde Echávarri, quien también repartió besos y saludos mientras que Ximo Puig andaba unos pasos más atrás y algo menos agobiado por la gente que se centró en el aspirante a la presidencia.

El atractivo de Sánchez, sin embargo, no funcionó con toda la gente que andaba ayer al mediodía por el mercado y por la plaza, algunos de los cuales no dudaron en poner de manifiesto su rechazo al líder del PSOE. Así, mientras poco antes de la una se iban congregando simpatizantes del PSOE y algún que otro alcalde y concejales de la provincia, una señora rechazaba una de las bolsas con merchandising y papeletas de voto que iban repartiendo voluntarios socialistas entre la gente. «No me gusta el PSOE y menos éste, que me parece un maleducado y un grosero con lo que dijo el otro día», en referencia al debate. Como ella, una pareja que tomaba una cerveza en una de las cafeterías de la plaza mostraba su intención de no votar a Sánchez. «No, no tenemos aún claro el voto, pero al PSOE no», señalaba él mientras su pareja asentía pero al tiempo mostraba curiosidad por ver a Pedro en persona.

También curiosos se mostraron algunos de los comerciantes del mercado que al llegar Sánchez a la plaza salieron a fumar un cigarro. «¿Hoy no trabaja nadie aquí o qué?», preguntaba un carnicero a un par de compañeros que observaban los preparativos antes de la llegada del líder socialista mientras la machacona música del PSOE no paraba de sonar una y otra vez.