Cuatro candidatos y cerca de dos horas ante las cámaras de televisión. Informaciontv ofreció anoche el último debate de los cuatro principales cabezas de lista al Congreso por la provincia a sólo cinco días de las elecciones que se presentan como las más reñidas e igualadas desde la Transición. Frente a frente, José Manuel García-Margallo (PP), Julián López Milla (PSOE), Marta Martín (Ciudadanos) y Rita Bosaho (Compromís-Podemos).

No hubo vencedores ni vencidos en este combate a cuatro marcado por la corrección en las formas y el buen tono entre los contendientes -nada que ver con la bronca entre Rajoy y Pedro Sánchez-. Eso sí, García-Margallo y López Milla demostraron más tablas, oficio y experiencia ante la pujanza y ganas de agradar de Martín y la debutante en política Bosaho, que mejoró mucho en su brillante minuto final, calcado al de Pablo Iglesias en el debate de Antena3 Media.

En consonancia con lo que han sido estos 12 días de campaña, el popular Margallo se aferró, una y otra vez, a los datos económicos de los dos últimos años como principal aval de su partido y criticó con la misma insistencia la herencia recibida del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. Mientras, los tres partidos de la oposición le afearon al Ejecutivo de Rajoy el retroceso de los derechos sociales básicos en la última legislatura.

Con carácter general, y con matices, hubo unanimidad en la condena de la corrupción, en la reforma de la Constitución y en la importancia de desarrollar los proyectos del corredor ferroviario del Mediterráneo y la zona franca para el puerto de Alicante, en tanto que las principales discrepancias se centraron en la reforma laboral -todos contra el PP- y en el presumible horizonte de pactos post-electorales que determinarán las urnas a partir del domingo. En cuanto a la reorganización de la administración, la candidata de Ciudadanos se quedó sola en la propuesta de suprimir las diputaciones y fusionar los pequeños municipios.

El debate se abrió con el bloque dedicado a la reactivación económica, en el que más cómodo se encuentra el PP. «Hace cuatro años heredamos un país con un cerro de deudas, en el que habían desaparecido 177.000 empresas y se habían perdido tres millones y medio de empleos, a razón de 1.430 cada día», afirmó Margallo. «Tras grandes ajustes y el saneamiento de los bancos, hemos creado un millón de puestos de trabajo, subido las pensiones y cambiado el modelo: de la deuda y el ladrillo, a la inteligencia, la innovación y la exportación».

López Milla echó en cara a los populares que «muchos españoles tienen la convicción de que sus hijos vivirán peor que ellos» y criticó la «pérdida de oportunidades en el acceso a la educación, en los derechos sociales y en la dignidad en los puestos de trabajo».

Enfermera de profesión, Bosaho, recalcó el «recorte de derechos» en la sanidad pública. «Trabajo en el Hospital de Alicante y he visto su deterioro durante los últimos 20 años», dijo, al tiempo que denunció que un grupo de empresas privadas pugnan ya por el «negocio de 70.000 millones de euros al año» en el sistema público sanitario.

Por su parte, Martín incidió en que «el primer problema humano» en nuestro país es el paro, con más de un 20% de desempleo y un 90% de precariedad para los que han encontrado trabajo en el último año, por lo que defendió una reforma laboral y un contrato único.

El segundo tercio del programa se centró en la imagen de la provincia y sus perspectivas de futuro. López Milla elevó el tono cuando defendió «el potencial y la diversidad» de la economía y las empresas alicantinas frente a la imagen «de despilfarro y corrupción» de los últimos años. Margallo recalcó la diversificación industrial de la provincia, la llegada del AVE y la fuerza del turismo -«el 82% de nuestros visitantes repiten»- y abogó «por resolver el problema del agua, las infraestructuras y dar musculatura a la industria». En este punto, Martín recurrió al retroceso económico de la provincia en 10 años y defendió su Plan Hidrológico Nacional, mientras que Bosaho destacó el 23% de paro provincial.

El tercer y último bloque sobre la reforma de la Constitución dejó la petición de consenso de Margallo, «la necesidad de adaptarla a la realidad», según López, y «el blindaje de derechos sociales» en el que coincidieron Martín y Bosaho.