Mireia Mollà, la aspirante de Compromís a la Alcaldía de Elche, se hizo ayer un intento de «chester», en alusión al programa televisivo en el que un periodista y un personaje público se sientan en un sofá a hablar de casi todo. Aunque ayer no había sofá, ni siquiera uno parecido al que también organizó Esperanza Aguirre, este partido dispuso de dos sencillas sillas en la plaza de Castilla y Mollà se ofreció para, cara a cara, responder a cualquier cuestión de los vecinos.

La verdad es que no pasó mucha gente por la silla, apenas una quincena, pero más que nada porque a los que estaban por el lugar les chocaba el formato y el que un político se pusiera a su disposición así.

Educación, sanidad y servicios públicos fueron los temas que más preguntaron los ciudadanos que sí se sentaron, tanto mujeres como hombres e incluso niños.

Con un micrófono en la mano, para que el resto se enterara de qué hablaban los tertulianos, Mireia Mollà quiso demostrar así que no se esconde y da la cara, además de hacer algo diferente para transmitir la cercanía de los políticos.