La presidenta en funciones de Andalucía, Susana Díaz, respaldó ayer en Alicante a su «amigo» Ximo Puig en el mitin de cierre de campaña de los socialistas alicantinos y puso como ejemplo «de otra forma de gobernar» su gestión en Andalucía. Díaz, que acusó a Rajoy de «irresponsable porque está condenando a 9 millones de personas» en referencia a su imposibilidad de ser investida presidenta, cargó también contra los partidos «nuevos» que «se han puesto detrás de Rajoy para dar la espalda a la gente» y «le están haciendo el juego a la derecha» en Andalucía.
Díaz, cuyo avanzado embarazo no parece haberle restado ni un ápice de energía, congregó en la antigua cochera de tranvías de Alicante a unas 2.000 personas de toda la provincia que asistieron al mitin en el que intervinieron también el candidato a la Generalitat, Ximo Puig, y el alcaldable por Alicante, Gabriel Echávarri, quien prometió «destinar el presupuesto que tiene Alicante para flores» a abrir los comedores escolares.
El acto se inició con media hora de retraso , pero los afiliados y simpatizantes socialistas lo perdonaron cuando apareció la líder andaluza. Díaz tachó a Rajoy de «cruel e insensible» por haber dicho que nadie habla del paro en España «habiendo más de cinco millones de parados» y criticó «una reforma laboral que es una fábrica de trabajadores pobres» a los que se obliga a trabajar más y cobrar menos. La líder andaluza insistió en remarcar las diferencias entre un gobierno del PP y uno del PSOE. «No es lo mismo que gobierne Fabra o que gobierne Ximo», del que dijo que «va a ser un presidente honesto, humilde y sencillo que va a sentir en su carne lo que siente la gente». En otro momento de su intervención señaló que «yo, como presidenta de Andalucía, tenía el reto de demostrar que hay cosas que no se pueden tocar como la educación», frente al recorte de las becas, el aumento de las ratios y la reválida a los 8 años que «crea un pelotón de los torpes». Otra cuestión que «tuve claro que no se podía tocar» es la sanidad «lo más grande que hemos hecho los socialistas» porque «eliminó la línea entre salud y enfermedad que era antes la cuenta corriente». En tercer lugar defendió su política sobre la dependencia «un derecho de justicia que no puede depender de la voluntad política de un presidente».
Díaz finalizó su intervención indicando que «tenemos que ser buenos socialistas» y pidió a sus compañeros que «estéis a la altura de lo que se espera de nosotros». La líder socialista, quién indicó que «en política no se puede ganar dinero», eludió el escándalo de los EREs que afecta a la Junta de Andalucía.
Obviando igualmente este caso, el candidato a la Generalitat Ximo Puig puso a Andalucía como ejemplo. «Mientras allí ha ido a mejor, nosotros hemos ido hacia abajo», señaló. «Hace 20 años la Comunidad Valenciana era una tierra en la media o por encima y ahora estamos 12 puntos por debajo de la renta per cápita, con un 37% de fracaso escolar y un 31% de exclusión social». Debido todo ello, dijo, «a los 20 años del PP».
Puig fue muy vehemente al manifestar que «maldecimos a quienes nos han situado en el paradigma de la corrupción», anunció una auditoría ética, «y un plan para recuperar el dinero que han robado», frase que recibió uno de los mayores aplausos del público. Puig prometió que «vamos a hacer una política de honradez radical» y se mostró muy feliz por contar con la presencia de Susana Díaz. «Yo quería que viniera Susana porque aquí se ha privatizado la sanidad y allí no», dijo, para añadir que la educación en Andalucía está mejor, ha aumentado el profesorado «y los niños tienen tablets y no tienen problemas de miopía y aquí no las pusieron porque decían que se quedarían ciegos» ironizó. Además, siguiendo con su comparación, dijo que «en Andalucía funciona la ley de Dependencia que aquí jamás se ha puesto en marcha».
Para acabar, Puig reiteró que «nos jugamos mucho el domingo» e incidió en el bipartidismo al afirmar que «aquí hay lo de siempre, o derecha o izquierda, o PP o PSOE. Lo demás son cuentos chinos y, si no, que se lo pregunten a Susana» en alusión a la falta de apoyos de Díaz para ser envestida de nuevo presidenta de Andalucía.
