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El PP «tira» de Madrid en la campaña para evitar una sangría de votos en la provincia

Cinco ministros y el presidente del Congreso visitan Alicante en menos de una semana y tratan de exhibir fortaleza en el momento más delicado del partido en 20 años

El PP «tira» de Madrid en la campaña para evitar una sangría de votos en la provincia

Despliegue de altos cargos en la provincia. El PP ha puesto toda la carne en el asador en vísperas de las elecciones para intentar taponar la hemorragia de votos que vaticinan las encuestas. Los populares afrontan este domingo las elecciones más inciertas de las dos últimas décadas y se exponen a perder tanto el Palau de la Generalitat como decenas de alcaldías. Todo apunta a que el maná de sufragios que representaba la Comunidad Valenciana comienza a secarse. Al menos, eso auguran los sondeos.

Para tratar de frenar esa fuga de votos, el PP está tirando de «pesos pesados» de Madrid. En los últimos días han pasado por tierras alicantinas hasta cinco ministros, además del presidente del Congreso, Jesús Posada. Este último visitó ayer la capital y arropó a la candidata popular a la Alcaldía, Asunción Sánchez Zaplana, y al cabeza de cartel del partido a las Cortes por Alicante, José Císcar. Precisamente, mucha parte de la «culpa» del desembarco de altos cargos en las comarcas alicantinas la tiene este último. Fuentes populares confirmaron ayer que el presidente provincial del partido hizo una petición expresa a Madrid para que se movilizara con Alicante de cara al 24-M. ¿Objetivo? Amortiguar la pérdida de apoyos y tratar de convencer a los miles de indecisos que todavía no han decidido a quién votar el domingo.

Las cuentas que manejan los populares están claras. Piensan que Sánchez Zaplana puede convertirse en la próxima primera edil de la capital y dan prácticamente por hecho que conservarán el poder en la Diputación. En ambos casos, sin embargo, los resultados sensiblemente peores a los de 2011. ¿Por qué? Principalmente, por los múltiples escándalos que han salpicado a la formación durante los últimos años. Gürtel, Brugal, Emarsa, Nóos, la Fórmula Uno, ahora el caso Rus...

Pese a que la mancha de la corrupción se ha ido extendiendo de forma progresiva a medida que avanzaba la legislatura, el propio Posada sacó ayer pecho de la contundencia de la que ha hecho gala su partido cada vez que ha salido a la luz algún asunto turbio. «El PP, a través de todos sus gobiernos, es el que ha propiciado que no haya impunidad para nadie», zanjó minutos antes de mantener un encuentro con empresarios y miembros de la sociedad civil alicantina.

Posada no fue el único alto dirigente que desembarcó ayer en la provincia. También lo hizo la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. Por la mañana visitó una fábrica de calzado de Elda y, al igual que Posada, elogió el potencial de la Comunidad pese a que su tasa de paro se encuentra por encima de la del conjunto del Estado. «La Comunidad creará 100.000 de los 600.000 nuevos puestos de trabajo previstos en 2015 para toda España», sentenció.

Ya por la tarde, el turno le tocó al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. En primer lugar participó en un acto público en Callosa d'en Sarrià para apoyar al alcaldable popular, Batiste Saval, mientras que a las 21.30 horas estuvo en Teulada-Moraira con el candidato del municipio, Carlos Linares.

A Posada, Báñez y Margallo se han sumado durante la campaña tres ministros más. La de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, visitó Orihuela el jueves 14; el de Justicia, Rafael Catalá, estuvo en Dénia el pasado domingo; mientras que el de Industria, José Manuel Soria, participó en un acto el martes en Torrevieja.

El despliegue en Alicante contrasta con la escasa presencia de altos cargos en Valencia. La explicación es sencilla. El estallido del caso Rus ha convertido las comarcas valencianas en un polvorín. Los audios en los que presuntamente se escucha al ya exbarón territorial contando dinero de una supuesta mordida han convertido Valencia en «territorio comanche» para el Ejecutivo central. Nadie ha querido verse en la tesitura de tener que dar explicaciones por otro supuesto escándalo de corrupción en el PP.

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