Los alcaldes, concejales y resto de cargos públicos del PP en la provincia han digerido ya que el «caso Rus» les pasará factura. No tanto en las elecciones municipales, en las que, dicen, se vota más en función del candidato, pero sí en las autonómicas. Varios dirigentes consultados ayer por este diario admitieron sin reparos que el escándalo de corrupción en la Diputación de Valencia era «lo que le faltaba» al partido. Y más, en vísperas de unas elecciones como las del próximo 24-M.

Dos décadas después de que los populares aterrizaran en el Palau de la Generalitat, afrontan una cita con las urnas del todo incierta. Por primera vez en todo ese tiempo, es una verdadera incógnita quién puede dirigir el Consell durante los próximos cuatro años. ¿El PP pactará con Ciudadanos? ¿Los partidos de izquierda se aliarán para formar un tri o un cuatripartito? ¿Gobernará en minoría la lista más votada? El desgaste del PP, por una parte, y el auge de formaciones como Ciudadanos o Podemos, por otra, se traducirá en unas Cortes multicolor en las que todo apunta a que se necesitarán pactos para sacar adelante las propuestas. Se acabaron las mayorías absolutas de antaño.

Y los populares son conscientes de ello. Tanto, que se ha extendido una profunda preocupación en el partido después de que hayan salido a la luz las escuchas telefónicas en las que Alfonso Rus cuenta dinero de una supuesta comisión. «Tres mil, quatre mil, cinc mil, sis mil, set mil, vuit mil, nou mil, deu mil, onze mil i dotze mil euros... dos milions de peles», se le oye decir. La primera consecuencia electoral no ha tardado en llegar. Las encuestas diarias que maneja el partido revelan que se ha dejado entre dos y tres puntos de apoyo en apenas unos días. Más en concreto, desde que EU trasladó a la Fiscalía la documentación que presuntamente implica al expresidente del PP en Valencia.

«Esto nos va a acompañar durante toda la campaña», zanjó ayer un conocido alcalde de la provincia. «Es una faena», sentenció otro primer edil. La mayoría de los regidores consultados coincidieron en que habrá desgaste. Sobre todo, si Rus se enroca y no dimite de todos sus cargos públicos. A día de hoy, ya no es ni máximo responsable de los populares en la provincia de Valencia, ni tan siquiera militante del PP. Alberto Fabra le expulsó de manera fulminante al tener constancia de las «bochornosas» conversaciones. Sin embargo, Rus aún ostenta la Presidencia de la Diputación de Valencia y la Alcaldía de Xàtiva. Pero es que, además, es el candidato popular en la lista municipal de su localidad. Y de momento no piensa dimitir, tal y como se ha encargado de proclamar él mismo. «Si dimitiese hoy mismo, se zanjaba el asunto. Pero no lo va a hacer», sintetizó un alcalde.

El PP se encuentra en un callejón sin salida. O Rus renuncia, o será el candidato popular en su población. Una vez proclamada la lista local de Xàtiva y publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia, ya no cabe marcha atrás. Los populares no tienen amparo legal para retirar la candidatura y la decisión queda exclusivamente en manos del ya exbarón territorial. El partido tampoco tiene previsto forzar su salida de sus cargos públicos. Al menos a cualquier precio. «No vamos a montar un circo», resumió ayer la coordinadora general de los populares valencianos, Isabel Bonig, al ser preguntada por una hipotética moción de censura tanto en la institución provincial como en el Ayuntamiento de Xàtiva. No la habrá.

El que también habló ayer fue el secretario general del PP en la provincia de Alicante, José Juan Zaplana. Aplaudió la rapidez de Fabra en actuar y cargó contra el líder del PSPV, Ximo Puig, por mantener a imputados en las listas municipales socialistas en Alicante. «Antes de hablar tendría que ver qué ocurre en su propio partido. Que mire en Los Montesinos, Bigastro, l'Alfàs del Pi, Benidorm o Aspe», aseguró el también candidato autonómico.