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Jordi Pérez Llavador. Doctor en Ciencias de la Información

«La corrupción es demoledora para el PP pero los socialistas tienen difícil remontar»

Director del Departamento de Comunicación e Información Periodística de la Universidad Cardenal Herrera CEU, Jordi Pérez analiza la campaña «más abierta» en dos décadas

El doctor Jordi Pérez Llavador. MANUEL LINARES BOSCH

¿Cómo explica que, según todas las encuestas, el Partido Popular continúe siendo la fuerza más votada después de 20 años en el gobierno y múltiples escándalos de corrupción?

Que el PP continúe encabezando la intención de voto según las encuestas no quiere decir que la gestión y los múltiples casos de corrupción que se han ido conociendo no les hayan pasado factura. Piensa que en 2011 el PP obtuvo en la Comunidad un resultado imponente, casi un 49% y a 20 puntos del PSPV. La última encuesta del CIS le otorga una estimación del 30%. Y, si nos fijamos en la intención de voto directo, es del 15%, cuando la misma encuesta en el 2011 fijaba este dato en un 36%. Estamos hablando de una pérdida de un 20% de intención, siempre según sondeos, casi la mitad de lo que obtuvo, que representa una barbaridad. Si frente al PP existiera un partido fuerte, que durante la legislatura se hubiera mantenido en índices altos de intención de voto, seguramente los populares no estarían en cabeza, pero el desgaste tanto del PSOE en general como del PSPV en particular también ha sido fuerte. A día de hoy, y viendo el contexto de estos últimos años, la noticia sería que PP no fuera la fuerza más votada en la Comunidad. Por otra parte, en estos momentos el cóctel de corrupción más crisis está siendo demoledor, pero recordemos que antes de 2011 descontábamos poco por este hecho. Hay una cuestión cultural, que también entronca con la concepción de lo público, que explique que la corrupción, en muchas ocasiones, se vaya de rositas. Quiero recordar, en todo caso, que la encuesta del CIS fue realizada antes de conocerse el enésimo caso de corrupción y de oír en todos los medios la grabación en la que presuntamente, hay que decir que él lo niega, Alfonso Rus contaba billetes de mil en mil euros. Si el tema se mantiene en agenda durante la campaña, es posible que afecte a parte de los más del 25% de indecisos que marca esa misma encuesta y los resultados puedan ser otros.

Como experto en política, ¿cómo ha visto la precampaña y el inicio de campaña a nivel autonómico?

Una novedad que observo es que, por la coyuntura, las elecciones han despertado un gran interés en la ciudadanía, mucho mayor que en anteriores comicios. Esto, unido a la fragmentación del electorado que señalan las encuestas, ha provocado que los candidatos y las formaciones se pongan las pilas y estén trabajando de manera denodada. Desde el punto de vista de la organización, están intentando cubrir todos los espacios que pueden, tanto físicos y mediáticos como los virtuales de las redes sociales para trasladar sus mensajes. Esto, creo, es una buena noticia. Desde el punto de vista de los mensajes, sin embargo, de momento, mi alegría no es tanta. El problema es que la situación que vive la Comunidad casi aboca la campaña a dos únicos temas: la corrupción y la financiación. Y ahí, por lógica, todos están de acuerdo.

¿Estamos ante la campaña más abierta de los últimos 20 años?

Sí, y creo que esta característica también es percibida por los ciudadanos y por eso se encuentran más interesados en lo que pueda ocurrir. Parece que todo el mundo piensa que va a ganar el PP y aquí es estimable un posible efecto de caballo ganador. Pero pudiera ser que la irrupción de partidos al alza actualmente como Ciudadanos pueda reconsiderar voluntades. La idea con la que se trabaja es que tras devaneos, dudas, idas y vueltas, al final mucha del agua volverá a su molino. Contemplar una debacle como la que resultaría de que el PP no ganara es una hipótesis para la que las encuestas no están preparadas. Y, recuerdo, que hay un 25% de indecisos, que obviamente va a ser el blanco de la campaña de las diversas formaciones. Pongámonos en la situación que, en efecto, el PP gana. Pero eso no despeja la gran duda, la de quién gobierna y con quién, o gracias a quién. La estructura resultante de poder es la que convierte estas elecciones en las más abiertas.

¿Podemos ha tocado techo?

Todas las encuestas dicen que sí y la tendencia ahora es a la baja. También es un factor que puede provocar alguna que otra sorpresa en los resultados. Es un partido cuya imagen gira alrededor de la cúpula más conocida, de Pablo Iglesias y su equipo, por lo que cualquier traspiés de este grupo tiene grandes consecuencias. Ellos mismos han reconocido errores, que, no se puede ocultar, magnificados por parte de la prensa, pueden haber marcado su techo.

¿La crisis de Esquerra Unida (el CIS le deja fuera de las Cortes) tiene algo que ver con la eclosión de Podemos?

Obviamente hay un reparto de votos en un espacio concreto, especialmente a EU, a IU en general, Podemos le ha hecho mucho daño. Dejando el asunto turbio de Madrid al margen, en la relación concreta de EU con su hipotético electorado puede haber pesado más, de manera negativa, la comunicación de lo que hacían que concretamente lo que hacían, sus actuaciones. En el caso de las Cortes es común reconocer al grupo parlamentario un enorme trabajo y dedicación y no son pocos los casos que han denunciado. En principio, esa franja de electorado debería estar contenta, pero las estimaciones ponen en duda su representación. Sólo Podemos puede explicarlo.

¿Y cómo explica el despegue de Ciudadanos?

Pues más o menos de la misma forma que el de Podemos pero en otro sector del segmento ideológico. Sin embargo, varía su discurso, voluntaria y focalizadamente más moderado, buscando sectores de centro donde está el gran caladero e intentándose mover en un espacio estratégico entre el centro-izquierda y el centro-derecha, a pesar de eso de que las ideologías no existen y que no hay izquierda ni derecha. Si repasamos historia podríamos asistir a una propuesta discursiva que recuerda a la del PSOE (Podemos) y la de UCD (Ciudadanos) en la transición. La complejidad, sin embargo, aumenta al estar por aquí el PSOE y el PP, y no como un recuerdo ni de cuerpo presente, todavía bien vivos.

¿Nos encontramos ante el principio del fin del bipartidismo?

Parece que para estas elecciones sí, pero eso del principio del fin?. En las actuales circunstancias, cambiantes, volátiles, con posibilidad de pactos y de fusiones entre partidos, vaya usted a saber. Yo, desde luego, no tengo la osadía de predecir con qué nos encontraremos de aquí a cuatro años.

¿Por qué el PSPV sigue en caída libre?

Lo está desde hace muchos años, en la Comunidad especialmente. En su momento, por diversas circunstancias, no se impregnó de los vientos favorables que venían desde Madrid con el triunfo de Zapatero. Y, sin embargo, sí fue sacudido por el huracán negativo tras la actuación del gobierno Zapatero en la crisis, lo que le hizo perder más suelo. Remontar es complicado y más con otras formaciones que también le disputan parte del electorado, con cierto éxito. El estigma sigue siendo perceptible, además, me aventuro a decir, de una falta de visibilidad. Y eso que, en los últimos tiempos, la jaula de grillos que era el PSPV parece haberse aletargado.

¿Un cuatripartito sería operativo?

Para mí, la mayor dificultad de un gobierno cuatripartito es el acuerdo sobre qué hacer y cómo hacerlo. Es que cada una de las fuerzas ponga encima de la mesa sus propuestas y acepte las de los demás, dependiendo de su apoyo. Si la hoja de ruta es clara desde un principio, si los objetivos y las actuaciones están marcadas, públicamente, con luz y taquígrafos, si cada cual sabe qué tiene que hacer, no veo por qué no puede ser operativo. Si, por el contrario, dominan las facciones y los intereses propios, empiezan las zancadillas y el interés general deja de estar en el horizonte de todas las decisiones, entonces puede ser un auténtico caos.

Hace un par de años, en una entrevista en este diario, advirtió de la desafección de la ciudadanía hacia la clase política. ¿Hoy ha cambiado su percepción? ¿Cree que habrá un elevado índice de abstención el 24-M?

La desafección de hace un par de años se ha reafectado. Señalábamos el peligro que esa desafección se recondujera a propuestas autoritarias, a iluminados que trabajarían en un interés propio, que por hastío se dejara de tener la democracia como referencia. La desafección contra un tipo de hacer política ha traído a nuevas formaciones que, desde postulados diferentes, aceptan y juegan en el terreno democrático. El 71% de los ciudadanos encuestados de la Comunidad afirman que sí que van a votar con seguridad en estas autonómicas. No está mal, bienvenidos hayan sido.

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