El fervor de unos 8.000 militantes y simpatizantes socialistas que llenaban el pabellón de la Font de Sant Lluís y un chute de moral es lo que se llevó ayer Pedro Sánchez de Valencia en el mitin más multitudinario de su campaña (el recinto de Sevilla albergó 2.500 personas), justo la víspera del cara a cara televisivo con Mariano Rajoy. El candidato del PSOE aprovechó la visita para apelar al voto útil de la izquierda («éste y no otro es el voto del cambio», proclamaba mientras blandía una papeleta socialista), para renovar sus compromisos con los valencianos y garantizar que si es presidente «la Comunidad Valenciana tendrá la financiación que se merece, igual que los ayuntamientos» y, en tercer lugar, para desplegar un ataque directo a Podemos y a su candidato, Pablo Iglesias, y a Ciudadanos y Albert Rivera.

Bajoqueta Rock agitó al auditorio; la Unió Musical Socialista lo mantuvo a tono de Paquito el Chocolatero; y Ximo Puig arrancó los aplausos más encendidos al invocar la memoria de Ramón Rubial, Pablo Iglesias (el socialista), Indalecio Prieto o Ernest Lluch para pedir un último esfuerzo a los militantes y demostrar la «fortaleza» del partido.

El líder del PSOE apenas dedicó un par de frases a la corrupción. «Lo único en lo que el PP no ha recortado es en la corrupción», comentó, si bien se refirió a Mariano Rajoy como «el amigo de Bárcenas». Sánchez insistió en denunciar la existencia de un «frente antiPSOE de PP, Ciudadanos y Podemos. «Se lo agradezco de corazón porque demuestra que sólo hay dos opciones: o votar al PSOE, votar por el cambio, o regalarle cuatro años más a Rajoy en La Moncloa». Hecha la apelación al voto útil puso a Podemos en la diana. «Algunos vienen de nuevas y quieren hacer lo que los socialistas hemos hecho», comentó para situar al presidente Puig como ejemplo de gestión progresista. «Puig y nuestros alcaldes abrimos comedores escolares, damos becas de comedor. Otra izquierda sólo quita bustos del rey Juan Carlos», comentó en alusión a Podemos.

«Amadme»

Acusó a Pablo Iglesias de actuar por personalismo, de decir que aceptaría el apoyo del PSOE en una investidura, pero que Podemos no lo prestaría a Sánchez llegado el caso. «Amadme a mí, que yo me amaré a mí mismo. Esa es la nueva izquierda, la de siempre. Trabajó para IU, montó Podemos y ahora trabaja por la Izquierda Desunida», arremetió el del PSOE. De Albert Rivera (Ciudadanos) dijo que tiene «20 años menos, pero es del PP». «Si apoya a los gobiernos del PP, los recortes del PP y los copagos del PP, es que es del PP», zanjó.

El candidato socialista a La Moncloa hizo un guiño a los jóvenes, donde más flaquea su formación, frente a los partidos emergentes. «No son una generación perdida ni olvidada, hay que recuperarlos para el cambio», dijo. Y a las mujeres, al defender el aborto y un pacto de Estado contra la violencia de género. Acabar con el copago o «revitalizar» la ley de dependencia y reactivar la de memoria histórica fueron otros compromisos. «La igualdad es la patria de los socialistas», sentenció.