Mariano Rajoy se lava las manos. El líder nacional del PP ha optado por tratar de esquivar el conflicto interno que vive su partido a cuenta del agua y ha decidido excluir de su programa electoral cualquier mínima mención a los trasvases. Al menos, la polémica hídrica no figura entre las 100 prioridades del PP para la próxima legislatura, decisión que choca de plano con las tesis de los populares valencianos. Rajoy presentó ayer en Galicia las principales propuestas de su programa electoral y en el documento no se hace ni una alusión al agua. El Ebro, el Tajo-Segura y el Júcar-Vinalopó son ya historia. El candidato del PP evita así avivar las tensiones que han vuelto a aflorar en el seno de su partido a lo largo del pasado fin de semana con el agua como principal argumento.

El Gobierno de Castilla-La Mancha, dirigido desde las pasadas elecciones autonómicas por María Dolores de Cospedal -número dos de Rajoy en el PP-, ha remitido un requerimiento al Ministerio de Medio Ambiente exigiendo que se suprima el trasvase de agua previsto del Tajo al Segura hasta final de año. El Ejecutivo manchego sostiene que las transferencias "dañan los intereses legítimos de la comunidad en materia de aguas" y reclama que se anule el acuerdo del 5 de julio, en el que se aprobó la transferencia de hasta 270,8 hectómetros cúbicos para el segundo semestre de 2011.

Aunque nadie del PP de la Comunidad ha alzado la voz públicamente al conocer la noticia, lo cierto, sin embargo, es que las pretensiones de Castilla-La Mancha no han sentado nada bien en el seno del Consell. Rajoy ha vuelto a abrir la batalla del agua, pero esta vez con el PP como único actor.

Hoy, no obstante, los populares harán pública la totalidad de las propuestas de su programa electoral. Habrá que ver de qué manera y qué contenidos se tratan. De momento, lo único claro es que las reivindicaciones hídricas no figuran entre sus 100 prioridades. En los pasados comicios generales, celebrados en 2008, el PP ya suavizó su discurso. No hizo mención al Ebro, la palabra trasvase se extirpó del documento y únicamente se habló de "transferencias". Cuatro años más tarde, todo apunta a que ni eso.

Críticas de la oposición

Las diferencias hídricas del PP han provocado que la oposición se frote los ojos a menos de tres semanas de la cita con las urnas. La portavoz adjunta del PSPV en las Cortes, Carmen Ninet, denunció ayer que el jefe del Consell, Alberto Fabra, "continúa rendido y debilitado" ante De Cospedal. "Todavía no sabemos qué posición va a adoptar ante las graves afrentas de su partido a los regantes y los ciudadanos de la Comunidad", dijo.

El candidato de EUPV al Congreso por Valencia, Ricardo Sixto, subrayó ayer que la decisión de Rajoy de eliminar el trasvase del Ebro del programa electoral y el requerimiento de Castilla-La Mancha contra el Tajo-Segura "son la evidencia del electoralismo y la hipocresía que ha caracterizado la política hídrica del PP, que va dando bandazos según le interesa".

Ayer también se conoció que los embalses de la cabecera del Tajo -Entrepeñas y Buendía- han subido seis hectómetros desde la última medición, almacenando ahora 1.073 hectómetros cúbicos.

REACCIONES

Fabra asegura que el programa sí hablará de cuencas "deficitarias"

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, quiso aplacar ayer las críticas que ha recibido su partido por excluir el agua de sus prioridades. El también máximo responsable del PP en la Comunidad replicó que el programa electoral de Rajoy "hablará de cuencas deficitarias y excedentarias" y puntualizó que los populares valencianos están "legitimados para hablar de solidaridad, agua y todo lo que signifique crecimiento y desarrollo para nuestra tierra". Fabra censuró que el PSPV "quiera poner en duda" la política hídrica del PP. "Del agua nos acordamos todos los días porque somos un partido responsable y solidario y entendemos que el agua que sobra tiene que ir a donde falte", señaló durante un acto público en Rincón de Ademuz. A. F.