El próximo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha destacado tras ganar las elecciones que en la situación que atraviesa España, "la más delicada en 30 años", no cabe esperar "milagros", pero se ha comprometido a gobernar para todos porque sólo juntos y unidos la crisis quedará olvidada.

El líder del PP ha expresado su deseo de que el traspaso de poderes se haga de forma "modélica" y ha anunciado su primera actuación: reunirse con todas las comunidades autónomas para coordinar un plan contra la grave coyuntura económica.

Rajoy ha pronunciado estas palabras en una comparecencia ante los medios de comunicación en la sala de prensa de la sede del PP, cuando se había escrutado más del 80 por ciento y las urnas otorgaban a su partido unos 186 escaños.

El número supera el techo electoral que hasta ahora ostentaban los populares, los 183 escaños de José María Aznar en 2000, cuando también, como hoy Rajoy, logró la mayoría absoluta.

Por un resultado así, el líder del PP ha compartido la "legítima satisfacción" por haber triunfado en los comicios, pero su intervención, anterior a la que ha ofrecido desde el balcón de las oficinas del PP a las miles de personas congregadas en la calle, se ha centrado en la responsabilidad que tiene por delante.

"Sé muy bien lo que nos toca, para nadie es un secreto que vamos a gobernar en la más delicada coyuntura que haya tenido España en 30 años, pero desde esta hora digo a todos los españoles que en el compromiso con ellos no sólo no vamos darlo todo, sino que vamos a darlo con todos", ha solemnizado el líder de los populares.

Rajoy, al igual que durante la campaña electoral, se ha mostrado convencido de que de estas circunstancias, con el paro alto, la deuda sin suscitar confianza, sólo se podrá salir desde la unidad de los ciudadanos, "todos juntos" y "dando lo mejor" de cada uno.

Por ello, ha comentado que su actitud como presidente será la de gobernar para todos y "anteponiendo en cada momento el interés general a interés particular".

Tras hablar con el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, el líder del PP y próximo presidente ha remarcado "la enorme responsabilidad" que recibe, sobre todo porque España se encuentra en "una hora decisiva".

"Ante uno de esos cruces de caminos que determinará el futuro del país no ya en los próximos años, sino en las próximas décadas", ha añadido Rajoy antes de sentenciar que es en instantes como los actuales cuando debe salir a relucir "el temple de los hombres y de los pueblos".

Se ha dirigido con énfasis a los que lo están pasando peor: los que se han quedado sin trabajo, los que no dan con su primer empleo, los que han cerrado el negocio, los que viven de una pensión que "apenas cubre sus necesidades elementales", e incluso a quienes "sufren la enfermedad y el infortunio".

Al tiempo que procurará devolver a los españoles el orgullo perdido, ha subrayado que España será decisivo en Europa, en Bruselas y en Francfort, y actuará desde la lealtad y la exigencia. "Seremos el más cumplidor, el más vigilado, dejaremos de ser un problema para volver a ser parte de la solución", ha apostillado.

Rajoy ha engrandecido la diversidad de la sociedad española, pues es "fuente de grandeza", y su espíritu para superar crisis como ésta.