El pasado lunes, a primera hora de la mañana, cuando los alumnos y profesores más madrugadores llegaron al instituto de Sax se encontraron las puertas exteriores de acceso cerradas. En la noche del domingo o madrugada del lunes habían atado las cancelas con cadenas y candados de motocicleta. Fue necesario emplear una cizalla para romperlos y poder entrar al centro sin que se produjeran retrasos en el horario lectivo. El claustro de profesores no dio mayor importancia a este asunto y lo consideró una simple gamberrada pero el incendio intencionado de ayer no ha dejado indiferente a la dirección, que, en principio, no cree que haya sido obra del mismo autor o autores.

De la investigación para tratar de identificar a quienes prendieron fuego al dispensador de papel del aseo no ha trascendido nada. Se sospecha que se empleó un mechero y que la acción se realizó mientras se estaban impartiendo clases.